Elección: Los problemas del ‘unificador’ Trump
Al candidato virtual republicano le es muy difícil no ofender, incluso a quién él necesita
Considerando que la mayoría de las fuerzas políticas del Partido Republicano se han visto obligadas a ceder a la realidad de la candidatura de Donald Trump, la semana pasada se esperaba que el nominado iniciara una campaña como “unificador” de su partido. Pero con Trump, siendo Trump, nada más alejado de la realidad.
Lejos de construir puentes, o al menos ignorar a aquellos que todavía se oponen a que sea su representante en las próximas elecciones de noviembre de 2016, se dedicó a atacar con fiereza a sus oponentes.
En un encuentro en Alburqueque, New Mexico, dijo que la gobernadora del
Estado, Susana Martínez, no estaba haciendo su trabajo, que las finanzas del Estado eran pésimas y que a lo mejor él debería lanzarse para gobernador de New Mexico para hacer el trabajo que la gobernadora no estaba haciendo. Sobra decir que Susana Martínez se ha negado a mostrar su apoyo al candidato republicano y se negó a presentarse con Trump en el evento.
Al día siguiente sus dardos fueron para el ex candidato presidencial Mitt Romney de quien se refirió como a un estúpido y dijo que caminaba como un pinguino, entre otras cosas desagradables.
El mismo día, en un encuentro en Anaheim, California atacó a la gobernadora de Carolina Del Sur, Nikki Haley por el pecado de haber apoyado a Marco Rubio antes de la primaria de su Estado.
En el mismo evento se refirió otra vez a la poca energía que según él, tiene Jeb Bush.
Y de sus ataques no solo son víctimas sus oponentes, sino además aquellos que le han expresado su apoyo, como el ex gobernador de Texas, Rick Perry, a quien se refirió indirectamente como a un político sucio; o como a su nuevo perrito faldero, el gobernador de New Jersey Chris Christie, a quien ridiculiza cada vez que se le presenta la oportunidad.
Es la personalidad arrogante y narcisista de Donald Trump, un hombre que no se
satisface si no está permanentemente vanagloriándose de su dinero, de su posición y de su propia concepción de lo que es el éxito.
El “unificador” no es nada más que un sujeto que no puede mantener la paz con los propios y que jamás logrará unificar a una nación que está por demás innecesariamente separada. Y si vamos más allá y revisamos el rol que cumple los Estados Unidos de América en el equilibrio de la paz y la estabilidad mundial, la llegada de este individuo a la presidencia solo significaría el advenimiento de una etapa de absoluta inestabilidad para el mundo.
¿Es eso lo que desean los votantes estadounidenses?