Muerte de ‘Chavita’ en tiroteo en Altadena deja devastación y temor
La tragedia ocurrió el martes por la noche mientras el niño jugaba afuera de la casa de su madre; ahora los vecinos temen que la historia se repita
María Elías dice que nunca pensó que los cohetes que creyó escuchar la noche del martes en su vecindario de Altadena eran en realidad los balazos que le arrancaban la vida a su primo Salvador Esparza III, un niño de cuatro años a quien la familia llamaba cariñosamente “Chavita”.
“Me asusté cuando oí los impactos, pero mi hijo me calmó y me dijo que eran cohetes. Hasta en la mañana, cuando salí a caminar, vi todo el movimiento de la policía y me enteré que Chavita había fallecido”, explica entristecida Elías, quien vive frente a donde ocurrió el mortal tiroteo.
El menor falleció al ser alcanzado por los disparos que procedían de un auto en marcha cuando jugaba con amigos y familiares afuera de su casa por la cuadra 300 de Figueroa Drive en Altadena. La tragedia ocurrió cerca de las 10:30 de la noche. El sospechoso hizo al menos 13 tiros, según reportó el Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles.
John Corina, teniente de Homicidios del Sheriff, dice que no se sabe si el menor se salió del porche o estaba en la entrada de la casa cuando ocurrió el tiroteo. “Una bala no tiene nombre, así fue como terminó impactando al niño que se salió del porche”, explica.
En el incidente, un hombre de 27 años, que no tenía relación con el menor, cayó también abatido por las balas. Fue trasladado junto con el niño al hospital, pero Chavita, quien recibió disparos en la cabeza, murió cuando era operado de emergencia durante la madrugada de este miércoles. El hombre herido permanece en el hospital.
Las investigaciones preliminares indican que el sospechoso de causarle la muerte al menor es un hombre que conducía un vehículo negro o de color oscuro. Aún no está claro si la balacera tiene alguna relación con pandillas o si hay más implicados.
Elías, quien vive con sus tres hijos frente al lugar de la tragedia, mencionó que en el barrio viven afroamericanos e hispanos. “Tengo un año que vivo aquí y no me había tocado ver nada malo. Excepto por un edificio de departamentos que está en la calle Lincoln y Figueroa Drive, donde con frecuencia hay peleas entre pandilleros”, cuenta.
Después de lo sucedido, ya no se siente segura en el vecindario. “Me preocupa lo que ha pasado. Voy a tratar de que mis hijos se mantengan dentro la casa”, confiesa.
Elías contó que Chavita no vivía en el barrio. “Venía seguido a pasar unos días con su madre que es la que reside aquí. El padre y la madre están separados. El niño vivía con sus abuelos y su padre Salvador Esparza II en Azuza”, explica.
Dio a conocer que el padre es de oficio jardinero, nacido en Estados Unidos. “A la mamá del niño no la conozco”, comentó. “Pero Chavita era el único hijo de los dos”, indica.
Lo describe como juguetón y alegre. “Un niño muy simpático. Me siento muy sorprendida y triste por su pérdida”, platica.
“¡Queremos justicia! Chavita era un inocente. Su familia está deshecha”, reclama.
El Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles pidió a quien tengan alguna información que ayude a dar con los responsables, llamar al Buró de Homicidios al 323-890-5500. Quienes quieran permanecer en el anonimato pueden llamar a Crime Stoppers al 800-222-8477.