Sin miedo
Gerardo Ortiz afirma que su música refleja la realidad
Gerardo Ortiz dice que cuando va a México no tiene miedo. Tan es así, que asegura que en las noches duerme a pierna suelta.
“Duermo muy a gusto; me rasca la espalda mi mamá hasta que me duermo”, dice con un dejo de sorna el cantante, que en marzo sufrió en ese país un atentado en el que murieron su primo y su chófer.
Las circunstancias y los motivos siguen siendo un misterio, y Ortiz, que mañana cumple 23 años, es evasivo cuando se aborda el tema. Pero asegura que el ataque no iba dirigido a él, que él estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Lo cierto es que luego del tiroteo, que ocurrió en Colima, el paradero de Ortiz fue un enigma hasta que reapareció días después en Los Ángeles -donde vive desde hace un año- para ofrecer una entrevista que emitió la revista informativa Primer Impacto.
En ella negó todo nexo con narcotraficantes y aseguró que puede regresar a México cuando quiera, aunque no a cantar narcocorridos -prohibidos en muchas plazas-, sino a visitar a su familia o a dar conciertos con un repertorio “ligero”.
En una entrevista reciente, el artista, que acaba de estrenar el álbum Entre dios y el diablo -y que actuará el sábado en el teatro Nokia-, habló de su actual situación.
¿Has regresado a México desde que sufriste el atentado?
Sí, hemos estado por allá, hemos andado de vaguitos por allá, con mi familia, con mi abuela; hace una semana visité y estuve tres días por allá en la playa con mi familia, pero no hemos regresado a trabajar porque también están prohibidos los corridos por allá y estamos esperando a preparar una gira pero con algo de romántico para aquel rumbo.
Cuando viajas para allá ¿lo haces público o es en secreto?
Yo cuando viajo vuelo, llego a los aeropuertos, y como todo, ¿no? Me conoce gente, me tomo fotos. No publico en Twitter: “voy a tal lugar”. Voy para allá porque voy con mi familia, voy a pasar un rato con ellos, no es algo que tenga que saber todo mundo.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde el incidente?
Demasiado, tanto mi vida como la vida de mi familia. Ha sido difícil para nosotros después de perder a esta persona [mi primo], que era tan importante para el equipo; y por otra parte nos ha dado mucha fuerza para seguir adelante y llevar a cabo este sueño que hemos trabajado tanto tiempo por él.
¿Tomas medidas de seguridad ahora?
Fíjate que no. A veces la compañía pone seguridad, pero no es algo así que tú digas tan exagerado que se mire tanta seguridad. Ha estado tranquilo, hemos estado trabajando en plazas donde en realidad vamos a firmar autógrafos, a hacer fotos en el día, a tiendas, a discotecas y pues no andamos tan protegidos en ese aspecto. En ese sentido la compañía toma sus precauciones y yo pienso que está bien que cuiden.
¿Ya se sabe quién fue el autor?
No, la verdad que no; yo pienso que será difícil descubrirlo y es algo que también no me voy a poner a investigarlo ahorita.
¿Tienes idea de quién fue?
No, no tengo la menor idea porque no recibí ninguna amenaza y pues en realidad hemos estado muy tranquilos. Solo sucedió como si fuera una cachetada.
¿Tienes miedo?
No, la verdad que no. [El atentado] nos ha dado tanta fuerza y el público también, y pues estamos trabajando a gusto, no nos han hecho ninguna mala cara, y el disco Entre Dios y el diablo es el nuevo material que tenemos, y a toda la gente le está gustando demasiado.
Las letras en tus discos revelan nombres, acontecimientos, lugares. ¿El atentado pudo haber tenido algo que ver con eso?
Yo no lo creo, porque el disco [nuevo] todavía no había salido a la venta; sería difícil relacionarlo [con el atentado].
Pero fue un ataque contra ti, no una equivocación.
La verdad no sé, es algo que ya lo platiqué y que me tocó compartirlo con el público miles de veces ya.
Creciste en una área infestada de narcos, ¿Cómo fue tu vida en Sinaloa?
El narcocorrido es un género que ahorita está sobresaliendo demasiado y le está llamando la atención a la gente; es como rap, pero cantado en español y en un género norteño; no es algo que yo haya vivido. La verdad, mi infancia en Sinaloa fue muy bonita; a mí me encanta Sinaloa, su comida, su cultura, sus bandas, su sierra, sus mares, todo.
El rap lo canta gente del guetto. Y para cantar lo que tú cantas tuviste que tener una experiencia distinta de la que tuvieron otros sinaloenses o mexicanos.
La diferencia es que en este género se habla como una tercera persona. Yo estoy hablando fuera del cuadro, y en el género del rap ellos están hablando de su vida de ellos. Si tú te pones a escuchar a Pitbull él habla de su barrio, de gente, de lo que él ha pasado, cómo ha subido, cómo ha sufrido. Yo en este género no puedo hablar de mi vida. Yo estoy hablando de la vida de estos personajes que son públicos y que son noticia; soy como un portavoz, se puede decir.