Ante escasez de trabajadores de campo en California, agricultores darán el “paso extraordinario”
Tienen en mente una solución: contratar mano de obra extranjera, pero bajo la visa de trabajo H-2A
La cosecha de alimentos no es una trabajo fácil: requiere la precisión de las manos humanas, ya que la fruta sólo se puede recoger cuando está de cierto tamaño y color, y el tallo debe ser cortado con precisión.
Además, las horas de labor en los campos de agricultura en California no son nada atractivos —el trabajador usual se despierta antes de que salga el sol para terminar su jornada a veces 10 o 12 horas después.
Es por esto, la falta de atracción de trabajadores estadounidenses y el reciente temor generado por la Administración Trump contra los empleados migrantes de la cosecha que se ha registrado una baja en la disponibilidad de mano de obra para operar estos campos.
Particularmente en las huertas del condado de Ventura, los dueños de estos terrenos tienen en mente una solución: contratar mano de obra extranjera, pero bajo la visa de trabajo H-2A. Por lo pronto, es la solución que muchos agricultores están implementando.
Los agricultores de California han estado luchando con una escasez de mano de obra desde 2006, dijo a KPCC Bryan Little, director de asuntos laborales del Buró de Agricultura de California.
Entre las razones: una economía más fuerte y una tasa de menor natalidad en México; algunos productores de California han vendido sus tierras y han trasladado su cultivo a México; y, más recientemente, bajo el mandato de Donald Trump, menos gente está cruzando la frontera, explicó Leavens.
“Hay un gran temor al cruzar la frontera, es muy costoso, y seamos francos, los recolectores de la industria agrícola, muchos de ellos, probablemente 70 por ciento por lo menos, son indocumentados, es muy difícil para ellos, particularmente ahora. Hay un mayor temor por ellos”, dijo.
El programa visado es uno bastante popular en los estados de Georgia, Carolina del Norte, e incluso Colorado, pero en California, donde existe una alta población de gente indocumentada, es menos habitual —de los 400,000 trabajadores de campo, solo 18,000 son contratados bajo la H-2A.
Y es que la visa no solo permite a los trabajadores cruzar la frontera y ganarse el dólar estadounidense con el sudor de su frente, sino que obliga a los mismos empleadores a ofrecerles vivienda, alimento y transporte a los extranjeros.
Pero una agricultora que se dedica al ´cultivo de limones, fresas y aguacates —cultivos que no pueden ser recogidos con máquinas debido a la sensibilidad de la fruta- apuesta por utilizar el programa de visas por primera vez. Es su única opción, asegura, para poder contar con una cosecha completa esta temporada.
“Perdimos cientos de miles de dólares de limones que quedaron en la tierra porque no teníamos la mano de obra para cosecharlo”, dijo Leslie Leavens a KPCC.
Aseguró que pese que el mantener a trabajadores extranjeros lo costará miles, al término de la temporada recuperará esos gastos con la venta de su cultivo.