Padre de niños atropellados por Sheriff en Boyle Heights presenta demanda
Dos chico7 y 9 años murieron al ser arrollados por una patrulla el pasado noviembre
El padre de dos niños que murieron en noviembre al ser atropellados por una patrulla SUV del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles en Boyle Heights presentó una demanda contra el condado.
La querella presentada en la Corte Superior de Los Ángeles de parte de Luis Hernández, alega negligencia y muerte injusta. La demanda presentada el martes busca daños no específicos e indica que el vehículo manejaba a alta velocidad aunque la agente que conducía, una principiante, no estaba respondiendo a una emergencia.
El Sheriff no opinó sobre la querella por ser un litigio en curso.
Marco Antonio Hernández , de 9 años, y su hermano José Luis, de 7, y su hermano murieron en el atropellamiento ocurrido la tarde del 16 de noviembre en la esquina de la Calle Indiana y el Bulevar Whittier. Su madre resultó gravemente herida en el incidente.
Dos agentes respondían a una llamada de una víctima de un disparo cuando su camioneta chocó con otros dos autos en la intersección, dijo la Policía de Los Ángeles, que investiga el hecho.
La patrulla se salió de la calle y se subió a la banqueta por donde caminaba la familia, según la investigación de LAPD.
En entrevista con Los Angeles Times, el detective Chris Rodríguez informó que la patrulla del LASD viajaba a una velocidad por debajo de 25 millas por hora cuando cruzó la esquina antes mencionada. La patrulla, incluso, llevaba encendidas las luces, pero no la sirena, tal y como alegaron varios testigos entrevistados por los medios luego del choque fatal.
De acuerdo con Rodríguez, la patrulla del LASD era conducida por una agente de 30 años de edad que estaba en entrenamiento y quien iba acompañada por otro agente de 39 años. El LASD aún no ha revelado sus nombres.
Rodríguez también informó que los resultados de la investigación del LAPD se enviarán al fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, quien determinará si se deben presentar cargos criminales contra los agentes.
Pero según alega el padre en la querella, el agente “no estaba en el proceso de responder a una llamada de emergencia, no estaba en la búsqueda inmediata de un criminal real o sospechoso y no tenía las sirenas y las luces encendidas”.
El agente “estaba violando todos los estándares para la conducción segura de autos de emergencia”, agrega la demanda.
El agente también estaba “prestando demasiada atención a algo insignificante” y “conducía de manera distraída”, indica la querella.
Al agente no se le debería haber permitido “conducir en la calle antes de completar su entrenamiento”, según la denuncia.