Ojiva W76-2, la nueva arma atómica de Estados Unidos que Rusia asegura “aumenta el riesgo de guerra nuclear”
Washington comenzó la producción de una nueva arma nuclear de bajo rendimiento para equiparar sus fuerzas a las de Moscú, que considera que la medida estadounidense alimenta un conflicto nuclear en el mundo.
El origen de la última tensión “nuclear” entre Washington y Moscú tiene un nombre: la ojiva W76-2.
Se trata de un arma nuclear considerada “de bajo rendimiento”, pero con casi un tercio de la potencia de la bomba lanzada sobre Hiroshima.
El Pentágono comenzó a producirla para equipar los misiles balísticos de sus submarinos y Rusia considera que provoca un riesgo de guerra nuclear.
La noticia la desveló este lunes la Administración Nacional de Seguridad Nuclear de EE.UU. (NNSA, por sus siglas en inglés) en un e-mail de respuesta al sitio web especializado ExchangeMonitor.
“La NNSA está a punto de completar la cantidad de ojivas de capacidad operativa inicial W76-2 y entregar las unidades a la Armada para finales del año fiscal 2019″, confirmó después un portavoz de la agencia en condición de anonimato al portal Defense News.
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La fabricación de un arma de este tipo está recogida en la Revisión de la Postura Nuclear (RPN) del país ordenada el año pasado por el presidente Donald Trump.
El informe concluye que un arma de bajo rendimiento haría menos probable un conflicto nuclear al permitirle a EE.UU. equilibrar sus fuerzas y capacidad de reacción con Rusia.
Sin embargo, expertos en antiproliferación nuclear criticaron la medida por considerar que lo que puede precisamente es precipitar una carrera armamentística e incluso el gobierno ruso declaró que esta iniciativa “aumenta el riesgo de una guerra nuclear”.
¿Qué se sabe de estas armas?
La NNSA confirmó que la primera unidad de producción de la W76-2 ya está en marcha en una planta del estado de Texas, aunque su portavoz no confirmó el número total de ojivas que serán desarrolladas.
Esta ojiva de corto alcance, que equipará a los misiles intercontinentales Trident de los submarinos atómicos estadounidenses, es una versión modificada y menos potente de la W76-1.
Su antecesora es considerada un “arma estratégica”, lo que significa que es mucho más potente y se utiliza para atacar objetivos de mayor rango.
Esa W76-1 tiene un rendimiento explosivo de “alrededor de 100 kilotones”, recordó a la radio pública estadounidense (NPR) Hans Kristensen de la Federación de Científicos Americanos, un grupo de defensa del control de armas.
Y aunque el Departamento de Energía estadounidense no dio detalles sobre la nueva arma, el experto aseguró que se calcula que la W76-2 tendrá un rendimiento de entre cinco y siete kilotones.
¿Por qué esta nueva táctica de EE.UU.?
El gobierno de Trump defendió el desarrollo de armas nucleares más pequeñas en su RPN.
En este informe se destaca la preocupación del Pentágono de que Moscú considere que las armas nucleares estadounidenses son demasiado grandes para ser utilizadas, por lo que sus armas más pequeñas y tácticas podrían darle a Rusia ventaja en un hipotético conflicto.
Por ello, el documento defiende que la fabricación estadounidense de nuevas ojivas más pequeñas podría ayudar a equilibrar las fuerzas con Rusia.
“Nuestra estrategia garantizará que Rusia entienda que cualquier uso de armas nucleares, aunque sea limitado, es inaceptable”, se lee en el documento.
“Elevará el umbral nuclear y ayudará a garantizar que potenciales adversarios no perciban ninguna posible ventaja en una escalada nuclear limitada, haciendo que el uso nuclear sea menos probable”, agrega el informe.
¿Qué ha dicho Rusia?
Sin embargo, el plan de EE.UU. fue duramente criticado por quienes creen que la W76-2 puede lograr el efecto contrario. Entre ellos, la propia Rusia.
“Este tema ya se incluyó en el resumen del año anterior de la política de Washington en el ámbito nuclear. Ya entonces expresamos nuestra profunda preocupación porque el desarrollo de esos misiles de corto alcance reduce el umbral del uso de las armas nucleares y, por supuesto, aumenta el riesgo de una guerra nuclear”, dijo este miércoles el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
“Ahora, ese asunto ha pasado de las palabras a los hechos”, destacó.
Defensores de la no proliferación nuclear y varios demócratas en el Congreso estadounidense subrayan por su parte que todas las armas nucleares son estratégicas y no “tácticas”, y como ejemplo, recuerdan el poder devastador de una que también era considerada “de bajo rendimiento”: la lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.
Aquella bomba, que tenía un rendimiento de unos 15 kilotones (dos o tres veces más que lo que se calcula para la nueva W76-2) causó decenas de miles de muertes durante la Segunda Guerra Mundial.
“Un arma nuclear es un arma nuclear”, le dijo el experto Kristensen a NPR.
“Una vez que se usa, la cosa es seria y no hay marcha atrás“.
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