Sindicatos del Área de la Bahía exigen justicia al conmemorar el Primero de Mayo
Trabajadores se oponen a la construcción de un estadio de beisbol en terrenos del Puerto de Oakland
Encabezados por los sindicatos más importantes del Área de la Bahía, cientos de trabajadores conmemoraron el Primero de Mayo en diversas ciudades para exigir mejores salarios, justicia en la contratación, apoyo la educación pública y un alto a la violencia contra de los inmigrantes.
En Oakland los eventos comenzaron cerca de la seis de la mañana del pasado 1 de mayo cuando un grupo de trabajadores de la construcción protestó en dos edificios en donde sus trabajadores no tienen sindicato. La ciudad de Oakland no se refirió a las demandas pero la alcaldesa Libby Schaaf manifestó que la ciudad “honra y valora a sus trabajadores. Tenemos muy presente la justicia social”.
En seguida los trabajadores del Sindicato de Estibadores ILWU Local 10, realizaron una protesta frente al muelle 67. Allí, representantes de sindicatos de camiones, cerveceros, estibadores, obreros de la construcción, profesores, azafatas y otros se solidarizaron con los trabajadores de Oakland y manifestaron su unánime oposición a la construcción de un estadio para el equipo de beisbol Atléticos de Oakland en esa zona compuesta mayormente por terrenos públicos.
Uno tras otro, los dirigentes laborales manifestaron que un estadio en esa zona interrumpirá las operaciones del puerto, restará empleos sindicales e intensificará el desalojo en el vecindario del oeste de Oakland. Es un plan “desesperado” en un lugar donde se necesitan más infraestructura y muelles de atraque, no menos, dijeron los activistas.
“Si construyen algún condominio, algún hotel, pueden estar seguros de que el puerto de Oakland desaparecerá y no habrá más exportación ni importación. Todos quedaran desempleados”, dijo Melvin Mackay, presidente del sindicato ILWU Local 10.
El proyecto aun no está finiquitado y se realizaría sobre lo que es hoy el Terminal Howard. En declaraciones públicas el equipo de beisbol y el Puerto de Oakland manifestaron que nada se ha decidido sobre el lugar del futuro estadio y que no hay un plan para la venta de tierras o contrato de arriendo.
Antes de las protestas laborales en el Chicago de 1886, la jornada laboral era de 16 horas y seis días a la semana. Pero los trabajadores “se levantaron para exigir una jornada de ocho horas” y como resultado ocho trabajadores fueron muertos por la policía. “Estos trabajadores dieron la vida por nosotros por nuestros derechos, para crear nuestros sindicatos… Estamos aquí para decirles a la clase corporativa que ellos no controlan Oakland”, dijo Sara Nelson, presidenta del sindicato de azafatas Asociación de Auxiliares de Vuelo AFL-CIO.
Después de esta protesta en el puerto, los trabajadores se dirigieron al centro de Oakland en donde la Coalición Oakland Sin Frontera realizó una manifestación cultural y una marcha. Allí se destacaron varios contingentes de mujeres y grupo de protección a inmigrantes.
“Nuestra lucha es contra el desplazamiento local y global… Marchamos para resistir la explotación diaria que vivimos por medio de este sistema capitalista y los ataques de la extrema derecha y los supremacistas blancos que están en el poder en este país”, dijo Kitzia Esteba, una dirigente de la organización Causa Justa, que tiene variados programas en la defensa de los derechos de los una inmigrantes.
Esteba dijo que el Primero de Mayo es un momento de solidaridad con las comunidades inmigrantes “que están en las fronteras, con las comunidades que están sufriendo el cambio climático como lo es Puerto Rico. Para nosotros es importante estar aquí porque es un día de solidaridad internacional”.
“Este país fue hecho por inmigrantes Queremos permanecer en este país, queremos quedarnos, no nos queremos ir, este es nuestro país. Este país es lo que es gracias a su diversidad”, exclamó Jennifer Varela, quien fue beneficiaria del Estatus de Protección Temporal (Temporary Protected Status, TPS) un programa originado en 1990. Ahora Varela es dirigente de la Alianza TPS y lucha para que ese programa continúe. El TPS es una ayuda humanitaria que se brinda a ciudadanos de ciertos países designados. Hay 300 mil solicitantes y la mayoría de estos beneficiados residen en los Estados Unidos desde hace más de 20 años.
Otras de las mujeres dirigentes, Maritza Estrada, vestía una camisa de color violeta que decía Mujeres Unidas y Activas (MUA), una organización que comenzó en Oakland y que protege y trabaja con mujeres que han sufrido violencia doméstica y abuso sexual. “Estamos aquí para pronunciarnos en contra de los abusos racistas de este gobierno, para demostrar que estamos organizadas para defendernos de esos abusos. Estamos en contra las deportaciones, la construcción del muro fronterizo y la separación de nuestras familias”, dijo Estrada.