Bolsonaro: las fuertes protestas que lo obligaron a cancelar su visita a Nueva York
Una fuerte campaña de activistas LGTB y medioambientales es la razón de su cambio de planes
Crédito: Reuters
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, planeaba viajar a Nueva York el próximo 14 de mayo, pero tuvo que cancelar su visita tras una fuerte campaña de rechazo en la ciudad estadounidense.
Bolsonaro iba a asistir a una ceremonia en su honor que había sido organizada por la Cámara de Comercio Brasileña-Estadounidense para recibir el premio a la “persona del año”.
El vocero de la presidencia, Otávio Santana del Rêgo Barros, confirmó que no iría y culpó a la “resistencia y ataques deliberados del alcalde de Nueva York (el demócrata Bill de Blasio) y a la presión de grupos de interés” LBTG y ambientalistas de lo sucedido.
Manifestantes brasileños y estadounidenses de 12 grupos diferentes protestaron durante días contra Bolsonaro frente al hotel Marriott Marquis en Times Square, en el corazón de Manhattan, y recogieron una petición que suma más de 53.000 firmas.
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Varias sedes de la ciudad rechazaron alojar el evento.
Una de ellas fue el Museo Americano de Historia Natural, que había accedido en un principio a celebrar la gala para el mandatario ultraderechista. El organismo recibió fuertes críticas por parte de los activistas.
Además, grandes patrocinadores internacionales, como la aerolínea estadounidense Delta Airlines, el diario Financial Times y la consultora Bain & Co, que se retiraron del evento.
“Hemos decidido retirar nuestro patrocinio de la cena de gala de los Premios 2019 a la Persona del Año”, dijo Bain & Co. “Fomentar y celebrar la diversidad es uno de los principios fundamentales de Bain”.
“Persona del año”
La Cámara de Comercio Brasileña-Estadounidense, una organización no gubernamental que promociona el comercio y los intercambios culturales entre ambos países, fue la responsable de la organización de la gala en honor al presidente del país sudamericano.
Se trata de un evento anual en el que la cámara da sus premios a la “persona del año”. Uno de los receptores es estadounidense, y el otro brasileño. Este año el premiado en Brasil es Bolsonaro, quien tomó posesión como presidente el 1 de enero. Por parte de Estados Unidos, el reconocido es el secretario de Estado, Mike Pompeo.
En su sitio web, el organismo había elegido al político en reconocimiento a “su firme intención de fomentar los lazos comerciales y diplomáticos entre Brasil y Estados Unidos, y su fuerte compromiso a construir una relación sólida y duradera entre las dos naciones”.
Otros años ha premiado al expresidente de Estados Unidos Bill Clinton o al exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg.
En la página web de la Cámara de Comercio puede leerse una confirmación
¿Cómo se desencadenó la polémica?
Activistas climáticos y organizaciones medioambientales como Greenpeace denunciaron que Bolsonaro es “una amenaza al ecosistema de Brasil” por sus políticas antiambientalistas.
La mayoría de los oponentes a que el museo alojara el premio argumentaron que el mandatario planea ceder partes de la Amazonía para el desarrollo y destruir esa selva, considerada el mayor pulmón del mundo, y que esa visión no iba acorde a la misión del museo.
En una entrevista radiofónica el pasado 8 de abril, Bolsonario dijo que quería que Estados Unidos se uniera a Brasil en un plan de desarrollo para la región. También dijo que las demarcaciones de las reservas indígenas obstaculizaron el desarrollo de la zona, y que las aboliría si pudiera encontrar una manera de hacerlo legalmente.
El alcalde de Nueva York Bill de Blasio dijo que el presidente de Brasil es “un ser humano muy peligroso”.
“No solo es peligroso por su abierto racismo y por su homofobia, sino porque es, lamentablemente, la persona con la mayor capacidad de impacto sobre lo que sucederá en el Amazonas en el futuro”, declaró en una entrevista con la emisora de radio WNYC el mes pasado.
Bolsonaro ha mostrado su faceta homófoba en varias ocasiones. Recientemente dijo en un desayuno con periodistas que no puede “dejar que Brasil sea conocido como un paraíso para el turismo gay”. Esos comentarios desataron fuertes críticas de activistas LBGT del país.
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