Medicina al día: Perder peso… durmiendo
Es prácticamente un sueño dorado: perder peso… ¡durmiendo!
Es sabido que el secreto para perder peso consiste en ejercitarnos más y reducir las calorías que ingerimos. Pero, ¿qué tal si hubiera otra forma de perder la peligrosa grasa que se acumula bajo la piel y alrededor de los órganos vitales? ¿No sería fantástico lograrlo al dormir?
Pues bien, lo que parece un sueño imposible tiene mucha base real. En un estudio realizado en la Universidad de Chicago se comprobó que, cuando diez personas siguieron dietas idénticas con menos calorías, aquéllas que durmieron unas 7,5 horas por noche perdieron el doble de peso que las personas del grupo que durmieron solamente unas 5.5 horas.
Este último grupo, perdió más músculo que grasa corporal. ¿Por qué se pierde más músculo que grasa cuando se duerme menos? No hay respuestas fáciles, sino varias teorías.
Una es que la reducción del sueño aumenta la grelina, la hormona que incita a comer más. El exceso de grelina también hace que el cuerpo almacene más grasa y gaste menos energía.
En estudios previos ya se había demostrado que un sueño más corto no sólo lleva a comer más, sino a ingerir alimentos de más contenido calórico y comida chatarra.
Así que decídase a dormir más y mejor: establezca una rutina a la hora de dormir y procure que el dormitorio esté siempre lo más oscuro posible: la luz, y específicamente la de las pantallas de equipos electrónicos (como la de la computadora), inhiben la producción de melatonina, la hormona que le indica al organismo que es hora de dormir.
Apáguelos del todo y dispóngase a dormir profundamente. Así quemará como promedio unas 56 calorías por cada hora que duerma.
Según un estudio publicado en la revista Obesity, las mujeres con sobrepeso que recibieron comentarios negativos en relación a su imagen y su peso, consumieron tres veces el número de calorías que las calorías que consumió un grupo de control.
Así que si quiere perder peso, cuide lo que piensa o escucha de sí mismo(a) tanto o más que lo que pone en el plato. La mente es un instrumento poderoso: póngalo a trabajar en su beneficio.