Arcoiris de moles
En el cuarto año del Festival del Mole el 26 y 27 de mayo habrá música, un toro mecánico, lucha libre y por supuesto, mole, en las calles Peoria y 18.
Agridulce, blanco o negro, espeso y aguado son los adjetivos contradictorios utilizados por las personas que probaron los diferentes moles preparados por restaurantes en el barrio de Pilsen durante el Festival del Mole el año pasado.
En su cuarto año, la celebración centrada en uno de los platillos más típicos de México reconoce la creatividad culinaria de los cocineros de diferentes regiones de la República Mexicana e invita a la comunidad a disfrutar de un evento familiar. La entrada es gratis pero se estará pidiendo un dólar de donación para contar cuántas personas asistieron al evento.
Por primera vez, la Corporación para el Desarrollo de la Calle 18 en Pilsen incluirá un toro mecánico como parte de la celebración.
Hector Saldaña, uno de los organizadores del evento y director del desarrollo
comercial para la organiza ción, señaló al toro como una de las atracciones más esperadas del festival.
“Mucha gente va a querer montarse sobre el toro y la persona que dure encima del toro podrá ganarse dinero”, dijo Saldaña, quien también adelantó que este año será la primera vez que la gente podrá probar un mole oaxaqueño al estilo casero.
Teresa Marcial vive en el suroeste de la ciudad desde que llegó a Chicago de Oaxaca, México, hace 23 años donde aprendió a cocinar el mole oaxaqueño. La preparación del mole de Marcial requiere paciencia y precisión. El proceso de combinar y cocinar los ingredientes del ajonjolí, pasas, canela, almendras,
cebolla, ajo, con galletas de animalitos, cacahuate y plátano macho para lograr un balance entre el calor del chile y lo dulce del plátano se tarda casi cinco horas.
Además, Marcial quema las semillas del chile hasta estar casi calcinadas para darle el color que identifica al mole negro. “Doramos los ingredientes y condimentos en aceite y luego los molemos y lo servimos con una pierna o muslo de pollo con arroz blanco”, explicó Marcial, quien ajusta el sabor del mole para complacer a su esposo e hijos que tienen gustos diferentes.
“Era blanco y fue servido sobre tofu”, dijo Saldaña. Normalmente, el mole es
acompañado en un plato por arroz, pero en esta ocasión el cocinero decidió
modificar el platillo tradicional e introducir tofu a la receta, convirtiéndolo en un platillo apropiado para las personas atrevidas y vegetarianas.
Este año regresan los ganadores de los últimos tres años para defender su título en las categorías de ‘Mejor mole’ y ‘Selección de la gente’ y se añaden tres más restaurantes de comida mexicana para competir por el premio.
El trofeo es una cazuela hecha de papel cortado por el artista local Oscar
Romero. Los jueces elegirán un ganador basados en su creatividad, originalidad, presentación y, por supuesto, el sabor.
La comida, música y lucha libre continúa el domingo desde el mediodía hasta las 6 pm.