¿Qué es el síndrome del nido y cómo afecta a las madres?
El síndrome del nido es una situación recurrente y que generalmente es inofensiva
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Muchas madres han experimentado fuertes inclinaciones hacia el acondicionamiento de la casa ante la inminente llegada de su bebé. Estos impulsos y deseos comprenden el llamado síndrome del nido, que pasaremos a detallar a continuación.
¿Qué es el síndrome del nido?
Mi Bebé y Yo indica que el síndrome del nido, conocido también como “instinto de anidamiento”, es un estado de hiperactividad que ocurre en las últimas semanas del embarazo y que es muy frecuente en las madres primerizas.
En este estado de hiperactividad, las madres ejecutan las tareas de acondicionamiento del espacio que no hicieron antes para preparar la casa para la llegada del bebé.
Como indica su nombre, el síndrome del nido se asemeja al momento en que las aves preparan el nido para su futura descendencia. Hasta cierto punto es una situación normal previa al parto, pero es susceptible a llevarse al extremo.
Signos del síndrome del nido
El síndrome del nido suele darse en el último trimestre del embarazo, cuando la panza ya ha crecido mucho. Por esto, las madres deben tener cuidado de realizar actividades peligrosas o que les impulsen a hacer movimientos bruscos.
Las madres con síndrome del nido tienen la imperiosa necesidad de tenerlo todo arreglado y ordenado, incluso si no eran tan organizadas antes del embarazo.
Este síndrome también estimula la necesidad por pintar la habitación donde estará el bebé, una actividad que pudiera realizarse desordenadamente en ausencia de de calma. Y es posible también el fuerte deseo por acomodar todo lo que esté en dicha habitación.
Muchas madres con síndrome del nido tienen problemas para conciliar el sueño por la sensación de que olvidan algo de suma importancia cuando muchas veces no es así. En consecuencia, los problemas de sueño generarán irritabilidad.
El síndrome del nido no es malo por sí mismo, pero puede tornarse riesgoso para la madre si no controla sus impulsos. La recomendación más importante es conservar la calma y prepararlo todo con tiempo y en compañía de alguien de confianza.
