Negocios latinos reabren en medio de incertidumbre por coronavirus
No están seguros qué sigue, y si los clientes van a regresar
Después de casi tres meses de cierre debido a la crisis de salud generada por la pandemia del coronavirus, los negocios en el condado de Los Ángeles comenzaron a reabrir este mes de junio con muchas restricciones sanitarias, y en medio de una gran incertidumbre económica.
“Estamos lejos de volver a la normalidad. Yo reabrí tres de los cinco restaurantes que tenemos después de haber descansado al 90% del personal”, dice Vicente Ortiz, propietario de los restaurantes Don Chente, El Pescador y Tacos Don Chente.
Estima que durante la reapertura, sus negocios estuvieron entre un 25 y 30% de su capacidad. En eso influye que una de las reglas impuestas a los restaurantes es que las mesas se mantengan a seis pies de distancia; y los comensales deben conservar la mascarilla puesta hasta el momento que les sirven el platillo.
“No son las condiciones para mantenernos a flote”, afirma Vicente, quien también es chef.
Considera que aunque hayan reabierto, el riesgo de cierre permanente está latente para muchos restaurantes. “Todo va a depender de cuánta clientela llegue”.
Además revela que están batallando para conseguir que algunos trabajadores regresen a laborar. “Muchos prefieren recibir el desempleo. Cuando les llamamos, han dicho que tienen miedo de contagiarse por sus familias”.
Vicente con toda una carrera en el mundo de la gastronomía, comenta que la situación es incierta para los restauranteros. “Nos ayuda que mucha de la gente está acostumbrada a salir a cenar, o no cocinan; y que hay una necesidad diaria de comer. Somos un servicio esencial”.
Para atraer clientes, han lanzado muchas promociones y especiales a través de las redes sociales; además de continuar con el servicio de comprar para llevar; pero aún así viven en medio de la incertidumbre.
Según un reporte del mes de abril del Nacional Bureau of Economic Research, más de 100,000 negocios han cerrado de manera definitiva en Estados Unidos debido al COVID-19. Los que sobreviven han despedido al 40% de su personal.
Un reporte adicional de la National Federation of Independent Business, estima que seis de cada diez pequeños negocios cerrarán para el Labor Day, que se celebra este año el lunes 7 de septiembre.
Pueblito cierra
La crisis económica del coronavirus obligó a Juan José Sanjuan a cerrar Gloria’s Pueblito, uno de sus restaurantes en Los Ángeles. “Dependía mucho de los catering – servicios de comida para eventos – y con la pandemia todo eso se acabó”.
El empresario restaurante se quedó con el restaurante Gloria’s en Huntington Park. “Hemos tenido que reinventarnos, y ha sido un poco difícil porque nuestro restaurante es muy tradicional. La gente poco a poco va regresando y nos pide el mariachi, pero las autoridades no lo permiten todavía porque no pueden mantener los seis pies de distancia en el escenario”.
Al también reconocido chef, cuya familia lleva 39 años en la industria restaurantera, le preocupan las diferentes órdenes que dan las autoridades a seguir sobre las reglas sanitarias. “El gobernador dice una cosa, el condado emite otras disposiciones, y la ciudad ordena algo diferente. No sabemos a quién hacerle caso”.
Y la verdad, opina, que no están seguros de qué esperar como negocio. ‘Tenemos mucha incertidumbre. La mayor preocupación es no regresar a la normalidad. Por lo pronto, no podemos trabajar a capacidad completa”.
Otros negocios
Miguel Huerta, dueño del negocio Huerta Appliances en la ciudad de Lynwood al sur del condado de Los Ángeles, reabrió su negocio el 1 de junio después de haber cerrado desde mediados de marzo cuando se declaró la emergencia por el COVID-19.
“Las ventas están muy despacio, y me parece que la recuperación va a estar muy dura porque nuestra gente quedó desempleada”.
Durante la cuarentena logró mantenerse gracias a sus ahorros, y porque logró vender uno que otro aparato y llevar a cabo algunas reparaciones a domicilio. “Nosotros vendemos y arreglamos refrigeradores, estufas, secadoras y lavadoras”, dice Miguel quien lleva cinco años con su negocio, y tiene dos empleados que acaba de recontratar.
Pero no oculta que se encuentra preocupado. “La gente tiene dinero por las ayudas del desempleo, pero cuando se les acaben en unos meses, no sabemos qué va a pasar. Ahí vamos a ver las consecuencias. Muchos negocios se están cambiando a otros estados. En realidad, todo es incierto”.
Connie Rivero, propietaria del negocio de artesanías Alma de México en la Plaza México de la ciudad de Lynwood, en el condado de Los Ángeles, reabrió el viernes 5 de junio, después de haber cerrado el 19 de marzo. Pero el regreso no ha sido lo que esperaba.
“Está bastante flojo. Aún así confíamos en que el negocio se va ir recuperando poco a poco”.
Dice que lo que más les va ayudar es el reinicio de eventos culturales en la Plaza México, los cuales atraen a mucha comunidad. El problema es que no saben para cuándo va a pasar eso, porque las celebraciones masivas aún no están permitidas en el condado de Los Ángeles.
“El 90% de lo que vendemos son artesanías mexicanas. El resto son peruanas, guatemaltecas y salvadoreñas. También surtimos vestuarios tradicionales a la medida de España y diferentes países latinoamericanos”.
Las características de su negocio hacen prácticamente imposible que lo pueda desarrollar por Internet. “Son artesanías muy autóctonas que se tienen que ver para poder apreciar; y algunas cosas las tenemos que explicar. Eso no se puede hacer online. Nuestra misión no es solo comercial sino educativa”, precisa Connie quien lleva 18 años con Alma de México.
Esta empresaria de origen cubano con alma mexicana, guarda la esperanza de sobrevivir como negocio durante esta crisis, a pesar de que prácticamente la pandemia – dice – los ha obligado a comenzar de cero.