En Miércoles de Ceniza piden por los trabajadores esenciales
En tiempos de pandemia, en algunas iglesias los feligreses se aplicaron ellos mismos la señal de la cruz en la frente.
Por primera vez en la historia del Siglo XXI, el tradicional Miércoles de Ceniza que da inicio a la Cuaresma para millones de católicos se vivió en medio de la pandemia del COVID-19.
Debido a las circunstancias de seguridad, fueron los mismos feligreses que impusieron la señal de la cruz en la frente a sus familiares.
“Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”. Esa fue la frase que usó la señora Sandra Valencia cuando impuso la ceniza a sus hijos Michael, de 12 años e Isaías, de 1 año, durante la celebración del ancestral rito en la iglesia “Presentación de María”, en el sur centro de Los Ángeles.
En esa parroquia, decenas de fieles escucharon el llamado del párroco Freddy Rosales a vivir una cuaresma de oración y ayuno, penitencia y limosna.
“El Miércoles de Ceniza es un signo penitencial que nos prepara para la celebración de la Semana Santa”, dijo el sacerdote, a La Opinión. “Se trata de una práctica piadosa de la Iglesia Católica, donde la cristiandad se compromete a un cambio de vida”.
Antes de ingresar a los recintos sagrados, a muchos se les tomó la temperatura y se les ofreció desinfectante para las manos, como medidas de protección sanitaria, de acuerdo con los protocolos del condado de Los Ángeles.
“Tuvimos que buscar formas de evitar el contacto físico entre la gente, por eso propusimos entregar la ceniza en sobres de papel de aluminio a la gente”, dijo Lilia Solís, de la iglesia “Presentación de María”. “Tardamos una semana para preparar casi 5,000 sobres con ceniza”.
Allí mismo, Angela Granados, servidora de la parroquia le entrego varios sobres a Steve Portugués, quien los abrió y con sus dedos hizo la señal de la cruz en la frente a su mamá, Ana María y a sus hijos, Steve Jr., Stephanie y Gavin.
La Pacita Olvera
En la iglesia Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, La Placita, el guardia de seguridad, Armando García, se encargó de revisar la temperatura a cada uno de los laicos, a quienes invitó a desinfectarse las manos en un dispensador de sanitizante.
Durante el servicio religioso, el padre Roberto Raygoza, afirmó que el sello de la ceniza “es un compromiso por una vida nueva”.
Jorge Rodríguez, integrante del ministerio de música en La Placita, dijo que mucha gente toma la ceniza como si fuera superstición o un amuleto.
“No han entendido lo importante que es este símbolo de arrepentimiento que nos prepara para un tiempo de conversión”.
Catedral de LA
Por su parte, el arzobispo José H. Gómez recordó a los fieles que la Cuaresma es un buen momento para reflexionar y centrar sus vidas en su propósito.
Durante la misa bilingüe que transmitida por Facebook Live, a la que solo pudo acudir un total de 130 personas en la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, Gómez pidió a los asistentes que le acompañaran a orar por las familias, especialmente por los trabajadores esenciales en medio de la situación desafiante de la pandemia de COVID-19.
“Rezamos también por los que sufren, que los que han fallecido descansen en paz y tengamos una nueva esperanza y la certeza de que Dios siempre está con nosotros”, dijo el arzobispo Gómez.