Nada lo detiene: se gradúa con honores tras dejar atrás la adicción

Tras decidir cambiar su estilo de vida, Joseph Valadez logra su licenciatura y hoy va rumbo a la maestría

No todos los latinos logran graduarse de la universidad, por falta de apoyos. (Suministrada)

No todos los latinos logran graduarse de la universidad, por falta de apoyos. (Suministrada) Crédito: Cortesía

Joseph Valadez reta a quienes piensan que después de los 60 años de edad, la vida va en declive pues él a sus 62 años logró graduarse con honores de la Universidad del Estado de California, Long Beach (CSULB) con una licenciatura en sociología.

Es más, ya envió su solicitud para empezar una maestría; solo espera ser aceptado para iniciar su especialización en trabajo social.

No obstante, su camino no ha sido fácil. Valadez, quien tiene raíces mexicanas y es veterano de guerra, contó que apenas tenía 11 años cuando probó marihuana y alcohol. Para los 18 años ya era adicto a la heroína.

“Mis padres trataron de criarme con buena moral pero ellos trabajaban mucho y estaban ocupados”, recordó. “Entonces yo me iba a la calle y me juntaba con los ‘homies’ [amigos] haciendo cosas que no eran buenas”.

En su juventud, ingresó a las fuerzas armadas, pero dijo que aún en el servicio no pudo dejar las adicciones y solía inyectarse heroína.

“Estuve en el Army de 1976 a 1980… Afortunadamente nunca me cacharon usando heroína cuando estaba ahí”, contó el chicano del condado de Orange.

Al salir del Army, se retiró con honores pero afirmó que poco le sirvió ya que regresó a su mismo vecindario y por ende, a la misma rutina.

Su adicción a la heroína se intensificaba al igual que sus enfrentamientos con las autoridades y fue encarcelado.

“Estuve 40 veces saliendo y entrando de la cárcel por un periodo de más de 25 años. Empecé a los 11 años en instalaciones para menores”, platicó Valadez. “El tiempo más largo que estuve en la cárcel fueron cinco años”.

Una mano amiga

Agrega que perdió comunicación con su familia y que solo su madre, quien ya falleció, tenía fe en su recuperación.

En 2011 tras salir de prisión siguió con el mismo estilo de vida pero un tiempo después se dio cuenta que ya estaba harto.

“Estaba cansado de clavarme agujas en el brazo, de despertar en la calle, estaba cansado de ir a la cárcel”, dijo Valadez.

Así que en 2013 decidió pedir ayuda en el Centro de Rehabilitación de Adultos del Salvation Army en Anaheim, donde se internó por un año.

Desconocía que por ser veterano de guerra tenía derecho a beneficios pero en el Salvation Army lo asesoraron no solo con esa información sino que también le dieron la atención que necesitaba.

“Ellos me ayudaron a encontrarme, me brindaron cariño y me ayudaron a amarme a mí mismo”.

Joseph Valadez de 62 años se graduó de CSULB. (Suministrada)

La lucha por una educación superior

Valadez tenía 55 años, cuando en 2014 terminó el programa en el Salvation Army y decidió inscribirse al colegio comunitario. Asegura que no fue fácil pero logró su meta.

“Para mí lo más difícil era pasar algebra, me daba migrañas y muchos dolores de cabeza. Estuve a punto de renunciar… No sabía qué era un exponente, ni un polinomio”, confesó.

Sin embargo, persistió. Después de tomar la misma clase por tres semestres consecutivos y obtener ayuda de tutoría, además de practicar “cientos de horas” en el centro de matemáticas, aprobó la clase.

En la primavera de 2019 se transfirió a CSULB.

“Yo sentía que Cal State Long Beach [CSULB] era una versión más grande que el colegio comunitario y le puse más ganas”, indicó el residente de Fountain Valley.

Añadió que desde que llegó al campus se acercó a sus profesores, los visitaba en sus horarios de oficina, levantaba la mano en clase y usaba todos los recursos para los estudiantes, como el centro de escritura donde —afirma— también recibió mucho apoyo.

“Eso me ayudó y eso se nota en mis calificaciones. Mis últimos dos semestres en Long Beach obtuve excelentes calificaciones, lo que me puso en la lista de honores del presidente”, dijo con orgullo Valadez.

“Luego, los últimos semestres, llegué a la lista del decano”.

Indicó que en la primavera de 2020 terminó con un promedio de calificaciones (GPA) de 3.5 —siendo 4.0 el máximo. En el otoño, su GPA fue de 3.67.

El teniente Dan Garrett, asistente de administración en el Centro de Rehabilitación de Adultos de Anaheim y pastor en el Salvation Army, dijo que él y su esposa conocieron a Valadez desde que llegó a pedir ayuda.

Indicó estar muy orgulloso de sus objetivos logrados y que él es ejemplo de que sí se puede salir adelante.

“Hablábamos con él de la escuela y todas las cosas que puede lograr”, dijo Garrett. “Desde que se fue, venía todos los miércoles para asistir a la iglesia hasta que cayó la pandemia”.

Garrett añadió que la fe de las personas hace que se realicen cosas inimaginables.

“Sabemos que todo es posible mediante Cristo y Joseph [Valadez] es una historia de superación que demuestra lo que Dios puede hacer”.

Planes a futuro

Valadez dijo que una vez que sea aceptado empezará su maestría en CSULB. Todos sus gastos educativos están siendo cubiertos mediante programas para veteranos.

Su objetivo es trabajar con niños que están en riesgo para que no se involucren en malos pasos.

“Me pregunto, ¿qué hubiera pasado si alguien me hubiera tendido la mano a una edad temprana?”, se cuestionó. “Todo mundo quiere ayudar a los adultos cuando ya están en problemas pero, ¿quién ayuda a los niños?”.

Hoy anima a personas previamente encarceladas, que deseen buscar educación, a visitar lugares como el Centro de Rehabilitación del Salvation Army. “No permitan que su pasado defina quienes son ahora. Yo tuve que dejar mi pasado y mi ego atrás para salir adelante”, aseveró.

Busca ayuda

Si tú o alguien que conoces necesita orientación, visita: gethelp.salvationarmyusa.org/

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