Qué se sabe del laboratorio de Wuhan en China que Estados Unidos investiga como posible fuente de la pandemia
El origen de la pandemia sigue siendo una pregunta sin respuesta. ¿En qué se basan las teorías e investigaciones sobre que se originó en un laboratorio en China?
Una pregunta sin respuesta.
Ese sigue siendo el origen de la pandemia desde que se detectara por primera vez en la ciudad china de Wuhan hace casi un año y medio.
Muchos científicos sostienen que lo más probable es que se produjo tras saltar de un animal a un humano, pero en la última semana se habla mucho de nuevo sobre la teoría de que el patógeno pudo salir de un laboratorio.
En concreto, del Instituto de Virología de Wuhan.
Por muchos meses esta posibilidad ha sido calificada como una teoría conspirativa. China la niega rotundamente.
Pero Joe Biden, presidente de Estados Unidos, anunció una investigación urgente para despejar cualquier duda. Espías británicos, también involucrados en la pesquisa, creen que la hipótesis es “factible”.
El laboratorio de Wuhan es una de las instituciones científicas más prestigiosas del gigante asiático.
¿Qué más se sabe de este centro? ¿En qué se basan las teorías de que pudo ser el origen de la pandemia?
Áreas de investigación
El Instituto de Virología de Wuhan fue fundado en 1956 y es administrado por la Academia de las Ciencias de China. Fue una de las primeras instituciones nacionales establecidas después de la fundación de la República Popular China.
Se centra en estudios de virología, microbiología aplicada y biotecnología.
En los últimos años, “el estudio patogénico de enfermedades infecciosas emergentes se ha convertido en uno de los principales campos de investigación”, dice la institución en su página web.
El laboratorio presume de grandes logros en los estudios de origen animal del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y los virus de la influenza aviar.
Investigaciones de riesgo
Este centro alberga el primer laboratorio de nivel 4 de bioseguridad en China. Este tipo de instalaciones trabajan con patógenos peligrosos que no cuentan con vacunas ni tratamientos disponibles.
Investigan animales, como murciélagos, y virus con potencial de convertirse en futuras pandemias.
En estos centros suele aplicarse una técnica de investigación que lleva tiempo preocupando a parte de la comunidad científica.
Se trata de la ganancia de función, la cual modifica funciones de un virus para estudiarlo a fondo.
“La ganancia de función incrementa las habilidades del patógeno, como su transmisibilidad, letalidad o habilidad para superar una respuesta inmune o vacunas y medicamentos”, explica a BBC Mundo Richard H. Ebright, biólogo molecular de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey, Estados Unidos.
“La investigación de ganancia de función crea nuevos patógenos, que no existen en la naturaleza, y que presentan un riesgo de crear nuevas enfermedades ya sea accidental o deliberadamente”, amplía el académico.
Un virus quimera
En 2015, un grupo multinacional de 15 científicos que trabajaban con el Instituto de Wuhan creó un virus quimera a partir de dos coronavirus diferentes. El resultado fue una versión más peligrosa con el potencial de convertirse en pandemia.
El estudio fue publicado en la revista Nature. Entre los investigadores se encontraba la profesora Shi Zhengli, conocida como la “batwoman de China” por su trabajo de campo con murciélagos para predecir y prevenir nuevos brotes de coronavirus.
En otros trabajos similares al publicado en 2015, “los investigadores buscaban nuevos virus en cuevas en zonas rurales, los traían a laboratorios, los manipulaban genéticamente y los estudiaban en Wuhan”, explica Ebright.
Entre los financiadores de este proyecto figuraban los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses (NIH por sus siglas en inglés), hoy dirigido por el doctor Anthony Fauci.
En los últimos meses, los hallazgos de ese estudio han sido utilizados como base de las teorías no verificadas de que el coronavirus que causa la covid-19 fue creado en un laboratorio, impulsadas entre otros por el expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
La revista Nature aclara que no existe evidencia sobre que esta teoría sea cierta y que los científicos siguen considerando a un animal como el origen más probable del coronavirus.
Fauci, en una audiencia ante el Senado la semana pasada en la que se abordó la implicación de los NIH en los trabajos de campo en Wuhan, negó que los fondos hubiesen sido destinados para la llamada ganancia de función.
Sin embargo, admitió que no había garantías de que finalmente los científicos hubiesen mentido sobre sus experimentos. “Nunca se sabe”, dijo.
El gobierno de Estados Unidos cortó la financiación de estas investigaciones en China el pasado año, a pesar de que muchos expertos insisten en que es vital para prevenir otros brotes de coronavirus.
Informe no concluyente
Biden ordenó la investigación reciente ras recibir un informe no concluyente sobre los orígenes del coronavirus, incluyendo si surgió del contacto humano con un animal infectado o de un accidente de laboratorio.
La teoría del accidente también ha sido alimentada por informes atribuidos a fuentes de inteligencia estadounidenses que dicen que tres miembros del Instituto de Virología fueron ingresados en el hospital en noviembre de 2019, varias semanas antes de que China reconociera el primer caso de la nueva enfermedad.
A comienzos de este año, un equipo de investigadores enviados por la OMS elaboró un informe junto a científicos chinos que, sin alcanzar una conclusión definitiva sobre el origen del virus, señalaba que era “extremadamente improbable” que hubiera surgido de un laboratorio.
Pero países como Estados Unidos o Reino Unido, y el propio director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dudaron sobre las investigaciones por no ser “suficientemente extensivas”.
Otros especialistas mostraron su escepticismo dado lo tardío de la investigación y las limitaciones impuestas por Pekín para su ejecución.
John Sudworth, corresponsal de la BBC en China, afirma que siempre ha habido mucha evidencia circunstancial para apoyar tanto la teoría del salto de animal a humano como el escape de laboratorio.
“Hay muchos precedentes en los que los investigadores de un laboratorio se infectan accidentalmente con el virus en el que están trabajando. El brote de Wuhan ocurrió prácticamente frente a las puertas del laboratorio líder en el mundo en la recolección, el estudio y la experimentación con los coronavirus procedentes de murciélagos”, analizó recientemente Sudworth.
Más control sobre laboratorios
Se ratifique o descarte la teoría del origen del coronavirus en el laboratorio de Wuhan, la atención mediática de los últimos días ha servido para que varios científicos alerten sobre el peligro de los laboratorios de bioseguridad.
Aquellos que trabajan con patógenos de diferentes tipos se clasifican según su grado de potencial peligro biológico, siendo 1 el menor y 4 el riesgo más alto.
Unos 50 laboratorios en el mundo, incluido el de Wuhan, tienen un nivel 4.
Los controles internacionales sobre las instituciones donde se crean y estudian virus peligrosos no parecen ser del todo contundentes, manifiestan algunos científicos.
“Los estándares laxos de bioseguridad y la ausencia de una evaluación completa de riesgo-beneficio en todo el mundo son vulnerabilidades que debemos abordar”, dice Ebright.
El especialista insiste en que la técnica de ganancia de función, ahora en el centro de debate, no compensa en un balance entre los riesgos y beneficios y que hay otras formas menos riesgosas de investigar patógenos.
Se compruebe o no que la covid-19 salió de un laboratorio, “la próxima pandemia puede tener este origen” si no se elaboran “discusiones entre la política y el público sobre estas vulnerabilidades”.
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