Qué es un conductor distraído y por qué es tan peligroso
Siendo una de las faltas más comunes, la conducción distraída es penada en Estados Unidos debido a sus consecuencias, las cuales pueden llegar a ser muy graves
Cuando un conductor aparta sus ojos del camino o separa las manos del volante frecuentemente, puede ser considerado como un conductor distraído. Este tipo de prácticas, derivadas de una gran cantidad de situaciones, pueden tener graves consecuencias, ya que incrementan el riesgo que naturalmente se corre al operar un auto. Los conductores de este tipo suelen dejarse influenciar por situaciones distractoras que pueden estar en su entorno y, muchas veces, pueden no estar conscientes de que lo que están haciendo. Según los expertos, tales situaciones distractoras pueden clasificarse en tres tipos:
1. Manuales: son aquellas que alejan una o ambas manos del volante. Entre ellas se encuentran: comer o beber, ajustar el cinturón de seguridad de un niño, fumar, buscar artículos en un bolso, usar controles, botones o perillas del auto.
2. Visuales: representadas por todo aquello que aleje la mirada del camino. Entre las más representativas se encuentran: maquillarse, ajustar la temperatura del auto o cambiar de estación de radio, buscar artículos que se hayan caído al suelo del auto o revisar el GPS.
3. Cognitivas: reconocidas como aquellas que alejan el enfoque del acto de conducir y lo concentran en otra cosa. Algunas de ellas son: hablar con otro pasajero, tener episodios de ira o pensar en cosas perturbadoras, conducir en estado de somnolencia o bajo los efectos de drogas o alcohol (DUI o DWI).
De acuerdo con los expertos, la peor distracción de todas resulta ser el teléfono, de allí que esté prohibido en todo Estados Unidos. El uso del teléfono reúne, en sí mismo, todas las distracciones ya que impide mantener las manos sobre el volante, al igual que la mirada sobre el camino, mientras desvía la concentración del conductor sobre otra cosa diferente al hecho de conducir.
A diferencia de la conducción imprudente o temeraria, asociada muchas veces al delito de exceso de velocidad, la conducción distraída no necesariamente implica violaciones de límites de velocidad, al menos no intencionalmente, ya que un conductor distraído también puede cometer este tipo de infracciones si no está atento a las señales o lo que sucede a su alrededor.
En estos casos, los expertos recomiendan ampliamente los programas de educación para conductores o cursos de conducción defensiva, los cuales permiten mejorar los hábitos de conducción, certificando al aprendiz una vez que los culmina. También es importante tener en cuenta que conducir es un acto que merece toda la atención posible debido a que los accidentes, incluso los peores, pueden suceder en tan solo segundos.
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