Inversionistas desplazaron a la clase media al impedir adquirir una vivienda por primera vez
El plan de los inversionistas se basó en comprar miles de propiedades a precios muy bajos y alquilarlas a familias que habían perdido sus casas o que no calificaron para una hipoteca
En Estados Unidos un número importante de casas son propiedad de grandes compañías que las ofrecen en alquiler, pero el fenómeno de comprar viviendas para ese fin está disminuyendo la posibilidad de adquirir una vivienda por primera vez, de acuerdo a una nueva investigación realizada por el periódico The Washington Post.
La investigación revela cómo un oficial de correccionales compró una vivienda en Tammy Sue Lane, al igual que un ama de llaves y un electricista. Pero después la mayoría de las viviendas que eran ofrecidas en venta fueron acaparadas por alguna de las personas más ricas del mundo.
Durante los últimos seis años, 19 de las 32 casas en Tammy Sue Lane fueron compradas por la empresa inversionista Progress Residential. Con menos de 10 años, la compañía ha acumulado una de las carteras de casas unifamiliares más grandes de Estados Unidos, convirtiéndose en la propietaria de decenas de miles de hogares.
El periódico señala que la compañía Progress Residential adquirió 2,000 viviendas al mes utilizando un algoritmo que busca propiedades.
La compañía argumentó que sus prácticas han sido eficientes y que su modelo de negocio permite que personas que no pueden adquirir una vivienda las puedan alquilar.
Sin embargo, de acuerdo con documentos y decenas de entrevistas con inquilinos y exempleados, Progress Residential generó grandes ganancias para inversionistas en todo el mundo.
Además, la empresa superó a los compradores de viviendas de clase media y sometió a los inquilinos a aumentos de alquiler injustos, mantenimiento deficiente y tarifas excesivas.
La investigación señala que detrás de Progress Residencial está Pretium Partners, una firma de inversionistas cuyo modelo de negocios buscaba aprovechar el colapso de la vivienda en Estados Unidos durante 2008, que obligó a millones de propietarios a ejecutar una hipoteca y dejó un exceso de casas baratas a la venta.
El plan se basó en comprar miles de propiedades a precios bajos y alquilarlas a familias que habían perdido sus casas o, debido a las estrictas prácticas crediticias, y era imposible que pudieran calificar para adquirir una hipoteca.
A través de un comunicado la compañía Progress Residential defendió sus operaciones y el trato que otorga a los inquilinos, afirmando que sus rentas y tarifas están en línea y que son comparadas con los estándares de la industria y los precios del mercado.
La investigación fue revelada a través de los Papeles de Pandora presentados este año por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
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