Obama mantiene silencio sobre nuevo gabinete
El presidente de EE.UU., Barack Obama, mantiene silencio sobre la configuración del gabinete que le acompañará en su segundo mandato ante el goteo de quinielas y especulaciones acerca de que los primeros nombramientos se conocerán antes de que acabe el año.
Washington.- Obama está enfrascado en las negociaciones con los republicanos para evitar caer en enero en el “precipicio fiscal”, que conllevará un aumento generalizado de impuestos y profundos recortes del gasto público, y el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha evitado durante toda esta semana hablar de posibles fechas para los nombramientos.
A la vez, la prensa estadounidense ha comenzado a indicar que los primeros anuncios sobre el equipo con el que Obama quiere pasar sus últimos cuatro años en la Casa Blanca llegarán antes de final de año.
El martes, en una entrevista con el canal de televisión Bloomberg, el presidente dijo que todavía no había tomado una decisión sobre la jefatura del Departamento de Estado, un cargo que abandonará Hillary Clinton en enero y para el que suena con fuerza la actual embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice.
En esa misma entrevista Obama calificó de “altamente capacitada” para el cargo a Rice, vapuleada por los republicanos por haber dado una versión del ataque al consulado estadounidense en Bengasi (Libia) que luego resultó ser incorrecta y que, de ser nominada, se enfrentará a un duro proceso de confirmación en el Congreso.
El senador John Kerry, excandidato presidencial demócrata y al frente hoy del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, no ha ocultado su interés en dirigir la diplomacia estadounidense y su nombramiento como secretario de Estado tendría, a priori, una aprobación más fácil en la cámara baja.
Kerry se baraja también para secretario de Defensaen sustitución de Leon Panetta, quien a sus 74 años ha expresado su deseo de jubilarse.
El exsenador republicano Chuck Hagel, la exalta funcionaria del Pentágono Michele Flournoy y el actual número dos de Panetta, Ashton Carter, están también en la llamada “lista corta” para dirigir una cartera que tendrá, entre otras prioridades, culminar con éxito la retirada de Afganistán en 2014.
El equipo de seguridad de Obama no estará completo hasta la designación de un nuevo director para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) tras la dimisión del general retirado David Petraeus por un escándalo amoroso.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, prevé abandonar el cargo en cuanto terminen las negociaciones entre el Gobierno y el Congreso sobre el temido “precipicio fiscal” y su sustituto más probable es Jack Lew, jefe de personal de la Casa Blanca y exdirector de la oficina de presupuesto.
También se ha especulado sobre una posible salida del secretario de Justicia, Eric Holder, a raíz de los graves fallos en la operación encubierta “Rápido y Furioso” que permitió el contrabando de unas 2.000 armas a México en 2009, y su reemplazo podría ser la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.
Mientras, el departamento de Comercio está siendo dirigido de forma interina por Rebeca Blank desde junio pasado tras la renuncia de John Bryson por problemas de salud.
Fred Hochberg, presidente del Banco de Exportación e Importación, podría convertirse en el primer miembro abiertamente homosexual del gabinete de Obama como nuevo Secretario de Comercio, según algunos analistas y medios.
Otro político abiertamente gay, John Berry, dirige actualmente la Oficina de Gestión de Personal y su nombre suena para hacerse cargo del Departamento de Interior en reemplazo de Ken Salazar.
Al igual que los grupos de apoyo a la comunidad LGBT, diversas organizaciones feministas también están presionando para que haya más mujeres en el nuevo gabinete de Obama.
Actualmente entre los 22 integrantes del gabinete gubernamental hay ocho mujeres, lo que equivale a un 36 % del total.
Entre los que están dispuestos a permanecer al lado de Obama hasta 2016 están el secretario de Educación, Arne Duncan, y la titular de Salud, Kathleen Sebelius, con ganas de seguir conduciendo la implantación de la histórica reforma del sistema sanitario aprobada en 2010.