Gracias Jenni Rivera
La ídolo de Los Ángeles deja un legado que va más allá de la canción
La temprana desaparición de la cantante Jenni Rivera pone de luto a la comunidad latina de Los Ángeles. Ella fue mucho más que una cantante, fue un ejemplo y un modelo a seguir para generaciones de mujeres inmigrantes y mexicoamericanas que día a día luchan por sacar adelante a su familia.
La hija de inmigrantes mexicanos nacida en Long Beach enfrentó los obstáculos de la madre adolescente y el dolor del abuso doméstico y sexual de su primera pareja. No obstante, se las arregló para estudiar administración de empresas, su otra pasión junto con la música. Así fue superándose esta madre soltera con cinco hijos.
Se escribirá mucho sobre su talento musical y de cómo luchó pacientemente por largo tiempo para ir desde su primera grabación en 1993, con la ayuda de su familia, hasta ser “La Diva de la banda” y una de las artistas más populares y taquilleras de Los Ángeles.
Es una tragedia que la muerte la haya encontrado en el momento más alto de su carrera. Su imagen quedará congelada en el tiempo como su voz. Hoy la persona deja el espacio a la leyenda de la cantante de Los Ángeles que llegó al corazón del pueblo.
Empero, la magnitud de su popularidad se debe también a su imagen de mujer con agallas, con un carácter, que en algunas ocasiones fue motivos de escándalo y de comidillas en el mundo del espectáculo, tanto en su vida privada como sobre los escenarios.
Ese temperamento es el que derrochaba en sus actuaciones a sala repleta en los escenarios más grandes de Los Ángeles. Allí la artista conectaba con la adoración de un público que cantaba sus canciones porque sentía que ella era uno más de ellos, que compartía alegrías, desilusiones y enojos .
Ella también deja un importante legado como persona pública. Habrá quienes detesten la música de banda y otros que estén cansados de los escándalos del clan familiar. Pero nada de esto puede nublar el valor de la cantante que, como mujer de pueblo, en cada oportunidad defendió a su género contra la violencia doméstica. Ella utilizó su popularidad para promover mensajes positivos entre su numeroso público femenino que la seguía con fervor. Por eso, ella será siempre la “gran señora”.
Desaparece un ídolo de nuestra cultura angelina, tan diversa y numerosa, una latina con agallas, una empresaria exitosa y una cantante que llegó al corazón de su pueblo.
Gracias, Jenni Rivera.