Encuesta: 1 de cada 2 estadounidenses mintió sobre el Covid
Los participantes en el sondeo admitieron que querían que sus vidas se sintieran 'normales', otros querían ejercer su libertad, o creían que la información personal sobre su estado de salud era privada
Una nueva encuesta nacional realizada en Estados Unidos sugiere que sus ciudadanos faltaron a valores como la honestidad pública y el cumplimiento del confinamiento en los primeros dos años de la pandemia de COVID-19.
Según el sondeo, un poco más del 40$ de los 1.733 adultos que participaron, admitieron haber violado las reglas de cuarentena o tergiversado las medidas preventivas tomadas para reducir la propagación viral.
Además, una cuarta parte de los encuestados le dijeron a alguien con quien estaban, o tenían la intención de estar, que estaban tomando más precauciones para evitar contraer el SARS-CoV-2 de lo que realmente estaban haciendo.
El 22,5% confesó haber violado las reglas de cuarentena y el 21% evitó hacerse la prueba de COVID-19 incluso cuando sospechaba que podría tenerlo.
Otra de las cifras halladas, revela que el 20% de los que completaron la encuesta dijeron que omitieron mencionar si pensaban que tenían o sabían que tenían el virus al ingresar al consultorio de un médico.
Las razones por las que mentían respecto al COVID-19
Algunos de los encuestados admitieron que querían que sus vidas se sintieran ‘normales’, otros querían ejercer su libertad, o creían que la información personal sobre su estado de salud era privada.
Posteriormente cuando se establecieron los requisitos de vacunación en numerosos estados y empresas, muchos de los encuestados admitieron haber mentido sobre su estado de vacunación.
“No pensé que COVID-19 fuera real”, “No pensé que COVID-19 fuera un gran problema”, “No quería que alguien me juzgara o pensara mal de mí”, fueron algunas de las justificaciones.
“Algunas personas pueden pensar que si miente sobre su estado de COVID-19 una o dos veces, no es gran cosa”, asevera la científica de salud de la población Angela Fagerlin de la Universidad de Utah.
“Pero si, como sugiere nuestro estudio, casi la mitad de nosotros lo hacemos, ese es un problema importante que contribuye a prolongar la pandemia”.
El objetivo de la encuesta fue averiguar dónde podría haberse equivocado EE. UU. en lo que respecta al manejo del COVID-19. Probablemente, influyó que el gobierno de los Estados Unidos enfrentó el brote de coronavirus de una manera muy diferente.
El 3 de febrero de 2020, la administración de Donald Trump declaró una emergencia de salud pública. El 13 de marzo, la propagación de un nuevo coronavirus se consideró una emergencia nacional y se impuso una prohibición de viaje para los no residentes que vuelen desde Europa.
No obstante, durante dos meses, desde fines de abril hasta fines de junio, el Grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca no realizó una conferencia de prensa.
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