Cómo la policía logró acusar de asesinato al esposo de la víctima gracias a una afección que esta tenía en el pie
Dorothy Eggers fue reportada como desaparecida por su esposo, a los pocos días fue hallado el cuerpo de una mujer en las montañas, la policía creyó que se trataba de dos casos diferentes, pero no era así.
Arthur Eggers, condenado por matar a su esposa, Dorothy, debido a su supuesta promiscuidad, fue ejecutado en la prisión de San Quentin, el 15 de octubre de 1948. Probablemente se habría salido con la suya si los investigadores no hubieran tenido algunos golpes de suerte.
En enero de 1946, los excursionistas se encontraron con el cuerpo de una mujer, envuelto en una manta, en un área muy remota de las montañas de San Bernardino en California. Le habían cortado la cabeza y las manos, lo que dificultaba mucho la identificación, pero el cuerpo solo había estado allí durante menos de un día, por lo que todavía había esperanza.
Cuando los investigadores notaron que Dorothy Eggers había sido reportada como desaparecida por su esposo en el momento en que se encontró el cadáver, decidieron seguir adelante, a pesar de que el informe inicial la describía como más delgada y más alta que el cuerpo no identificado.
La policía al hablar con sus médicos, los detectives descubrieron que Eggers había sido tratada por un juanete en el pie, que coincidía con el del cuerpo.
Aunque los investigadores conocían la identidad del cuerpo y tenían buenas razones para sospechar de Arthur Eggers, no tenían evidencia que lo relacionara con el crimen, pero cuando Eggers vendió su automóvil a un oficial de policía, este notó que había manchas de sangre seca en el maletero y, en 1946, el ex esposo fue arrestado.
Una búsqueda posterior arrojó pedazos de la carne de su esposa, un arma y una sierra de mano en la casa de Eggers. Se encontraron pedazos de tejido, hueso y grasa en la sierra.
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