Descubren niveles alarmantes de represalias contra trabajadores que denuncian violaciones laborales

Los trabajadores y defensores de la California Coalition for Worker Power (CCWP) se unieron para exigir a los legisladores estatales que tomen medidas concretas

Anselmo Leyva, trabajador de lavados de carros, muestra el cheque que obtuvieron tras una denuncia por robo de salarios. (Cortesía)

Anselmo Leyva, trabajador de lavados de carros, muestra el cheque que obtuvieron tras una denuncia por robo de salarios. (Cortesía)  Crédito: Cortesía

Rosalía Manuel quien trabajó en la industria de la comida rápida durante 23 años, enfrentó severas represalias por parte de sus empleadores, cuando defendió a una compañera que sufría acoso sexual por parte de otro trabajador.

“Cuando mi compañera quien trabajaba en la cocina me confesó que estaba siendo acosada por otro compañero de trabajo al grado de recibir ofertas de dinero para acompañar al hombre a un hotel, le dije que la apoyaría”.

Y así lo hizo, denunció el trabajador con el empleador, pero grande fue su sorpresa cuando como respuesta vio que las horas de trabajo de ella y su compañera fueron reducidas.

“Le informé al gerente, y le dijimos que creíamos que era una forma de represalias, pero nos ignoraron. Ni siquiera nos dieron ninguna información. Después me despidieron alegando que no había tomado mi descanso a tiempo”.

Rosalía considera que la despidieron por hacer lo correcto, denunciar el acoso.

“Al poco tiempo después corrieron a mi compañera, víctima de acoso”.

Como consecuencia, dijo entre lágrimas, que al despedirla la pusieron al borde del desalojo por no tener dinero para pagar la renta, su carro y el resto de las cuentas.

“Los empleados deben tener la libertad para denunciar problemas graves como el acoso sexual. Me duele que los trabajadores tengan que lidiar con esto con demasiada frecuencia. Para mi fue humillante la forma como me despidieron, solo por hacer lo correcto”.

Rosalia Manuel, despedida por atreverse a denunciar el acoso sexual en su empleo de comida rápida. (Cortesía)

Trabajadores y defensores de la California Coalition for Worker Power (CCWP) se unieron para exigir a los legisladores estatales que tomen medidas concretas para poner fin a las represalias desenfrenadas de los empleadores contra los trabajadores que ejercen sus derechos bajo la ley de California.

El llamado se produjo después de una nueva encuesta del Proyecto de Ley Nacional de Empleo (NELP) y una serie de muestreos de CCWP hechos a trabajadores que detallaron hasta qué punto los jefes pueden evadir las leyes contra el robo de salarios o el acoso sexual al castigar a los trabajadores por denunciar violaciones.

El reporte How California Can Lead on Retaliation Reforms to Dismantle Workplace Inequality (Cómo California puede ser líder en las reformas a las represalias para desmantelar la inequidad en el lugar del trabajo NELP encontró niveles alarmantes de represalias contra los empleadores cuando reportan violaciones laborales.

Específicamente encontró que más del 40% de los trabajadores dijeron que la preocupación por ser despedidos o disciplinados les ha impedido unirse a sus compañeros de trabajo para presionar por mejoras laborales. 

Una proporción aún mayor de trabajadores afroamericanos y latinos (55% y 46% respectivamente) dijeron que los riesgos por hablar son demasiado altos. 

Otros hallazgos de la investigación destacan que el 38% de los trabajadores en California han experimentado violaciones en el lugar de trabajo; solo el 10% lo reportan a una agencia de gobierno y casi la mitad, 47% no lo denuncian a nadie.

Lo más relevante es que de todos los trabajadores que reportan violaciones a su empleador o al gobierno, la mayoría, experimentan represalias del empleador.

El 51% de los trabajadores de California dijeron que la preocupación sobre las represalias influirán en su decisión de reportar o no en el futuro, una violación en el lugar de trabajo.

Rosalía, exempleada de McDonald y miembro de la Santa Clara Wage Theft Coalition, dijo que muchos trabajadores tienen miedo de hablar y ser despedidos. “Esta historia de represalias son demasiado frecuentes, y son un problema para todos. Es hora de alzar la voz porque muchas personas siguen calladas”.

En una conferencia virtual, algunos trabajadores compartieron historias de intimidación, acoso e incluso despido por denunciar el acoso el robo de salarios. 

Anselmo Leyva Hernández, trabajador de lavado autos por más de 35 años en Long Beach, California, dijo que un día decidió hablar en contra de las injusticias que ocurrían en su lugar del trabajo, y con la ayuda del comisionado laboral se pusieron al descubierto todas las violaciones de salarios.

“Fui objeto de represalias por animar a mis compañeros de trabajo para que hablaran con los investigadores. Mi empleador redujo mis horas, y me reubicó a un lavado de autos que estaba más lejos de mi casa. Esto limitó mi capacidad de pagar mis cuentas”.

Hizo saber que muchos de sus compañeros le externaron que preferían ser maltratados a denunciar y exponerse a perder sus cheques salariales para pagar su renta, o mandar dinero a sus familiares.  

“California puede ser líder en denunciar los problemas de los trabajadores en el lugar de trabajo, si se fortalecen las protecciones y se crea una política en la que los empleadores muestren que existe una razón identificable para el despido. Esto protegería a los trabajadores de despidos injustos”.

El reporte NELP pide que se pongan en marcha políticas concretas que cambien el desbalance en el poder entre los trabajadores y empleadores para que puedan ejercer sus derechos y no sufrir consecuencias devastadoras al exponer los problemas que se dan en sus empleos.

Nayantara Mehta, directora del programa Worker Power de NELP, dijo que una de las propuestas para atender el problema es la creación del fondo para las represalias, para que alguien que presente una queja ante una agencia estatal sobre una violación al lugar de trabajo, y sea despedido, pueda tener acceso a dinero para pagar por sus gastos diarios mientras se desarrolla la investigación.

“Queremos crear un sentimiento en el trabajador de que vale la pena denunciar y que no van a perder sus recursos financieros, si lo hacen”.

Agregó que otra recomendación es que un empleador no pueda despedir a un trabajador sin una buena razón.

“También queremos fortalecer las leyes existentes para que las agencias del estado tengan más recursos para hacerlas cumplir, y necesitamos que más trabajadores sepan que tienen derechos y el apoyo de organizaciones como sindicatos y los centros laborales”.

El informe fue desarrollado por NELP en coordinación con la California Coalition for Worker Power (CCWP), una coalición de centros de trabajadores, sindicatos y organizaciones de defensa de los trabajadores dedicada a garantizar que tengan el poder de unirse y mejorar sus condiciones laborales y sus comunidades. 

La encuesta, realizada por You Gov, incluyó a 1000 trabajadores de 18 a 64 años de edad en todo el espectro de ingresos y fue representativa por edad, sexo, raza y años de educación.

Los muestreos llevados a cabo por CCWP incluyeron a trabajadores de bajos salarios, a menudo inmigrantes, en una amplia gama de industrias plagadas de violaciones en el lugar de trabajo: cuidado, trabajo en restaurantes, comida rápida, lavado de autos y más. Las entrevistas se realizaron en seis idiomas: español, coreano, tagalo, inglés, cantonés y mandarín.

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