Autoridades de Los Ángeles postergan voto sobre el robot militar en forma de perro para uso del LAPD
Activistas y concejales de la ciudad dicen no al ‘espionaje’ en comunidades latinas y afroamericanas
La presión que ejercieron varios activistas y líderes comunitarios surgió efecto, y hasta dentro de 60 días se sabrá si el Concejo de Los Ángeles aprueban o no un robot militar en forma de perro robótico que serviría para capturar información a través de sus sensores y un software que carga dicha información en una base de datos utilizada por la policía y fiscales.
Después de casi tres horas de debate en el pleno, el presidente del Ayuntamiento, Paul Krekorian solicitó el retraso de dos meses para votar sobre la donación del robot de cuatro patas valuado en $278,000 para ser empleado en operativos peligrosos que involucre la seguridad de miembros del equipo SWAT del Departamento de Policía de Los Ángeles.
Krekorian explicó que este tiempo –dos meses- proporcionaría mejor conciencia de las políticas de despliegue del animal robótico; además, será necesario proponer algunas restricciones sobre la aceptación del donativo que quiere hacer la Fundación de la Liga Protectora de la Policía (LAPPL).
“Hemos ganado una pelea, pero es bueno que más concejales se opongan a la idea de tener mayor vigilancia en nuestras comunidades”, dijo a La Opinión, Matyos Kidane, organizador de la Coalición “Alto al Espionaje del LAPD” (Stop LAPD Spying Coalition).
“Podemos vencer, pero tenemos que dejar claro que, de ser implementada esta tecnología, podríamos tenerla por décadas, porque hay demasiados intereses de la iniciativa privada para que se apruebe”, añadió.
El mes pasado, cuatro de los cinco miembros del Comité de Seguridad Pública (Traci Park, Mónica Rodríguez, John Lee y Tom McOsker) aprobaron esta moción, a pesar de los comentarios públicos casi unánimes de oposición a la idea de que el LAPD reciba una donación de $280,000 para la adquisición del perro robótico. El único voto de oposición provino del concejal progresista, Hugo Soto-Martínez.
Los opositores para que se dote de dicha tecnología al Departamento de Policía de Los Ángeles consideran que los votos a favor provinieron de políticos locales que se han beneficiado con fondos de campaña política de la Liga Protectora de la Policía de Los Ángeles (LAPPL, por sus siglas en inglés), un grupo de cabildeo policial que gastó más de $1 millón en las elecciones del Concejo Municipal el año pasado, incluidos aproximadamente $500,000 en apoyo de la abogada y concejala Traci Park (Distrito 11).
“Yo nunca apoyaría algo que viola nuestros derechos constitucionales o pone a la ciudad en camino a un futuro distópico u orwelliano”, defendió la concejal Park. “Aceptar la donación mejorará la seguridad para la ley”.
Sin embargo, Kidane, un inmigrante de origen etíope, y otros activistas consideran que el perro robot policial es un instrumento tecnológico que podría convertirse en una herramienta de “espionaje” del LAPD para vigilar a las comunidades afroamericana y latina.
“Los perros robot no son el mejor amigo del hombre y resultarán ser nada más que un depredador en manos del LAPD”, dijo Pete White, director ejecutivo de Los Ángeles Community Action Network (LACAN). “Debemos neutralizar cualquier intento de difundir y normalizar estas tecnologías violentas que se desatarán en nuestras comunidades”.
Antes de acudir al pleno del Ayuntamiento, los activistas que se manifestaron en las escalinatas de la alcaldía.
Subrayaron que el perro policía robótico “será como una herramienta de vigilancia que incluye un micrófono y una cámara que captura imágenes y terreno”.
Además, los manifestantes enfatizaron que la información capturada a través de sus sensores y software se carga en una base de datos utilizada por la policía y los fiscales.
“Esta es tecnología de vigilancia militar que ha sido probada y rechazada por la policía de Nueva York, no hay razón para repetir este experimento en nuestras comunidades aquí en Los Ángeles”, dijo Matyos Kidane.
“Sabemos que el resultado será el monitoreo, la focalización y la vigilancia de las comunidades afroamericanas y latinas pobres”.
Durante los comentarios públicos ante el Consejo, otro manifestante indicó que el robot se utilizaría “para castigar y torturar a la gente”.
“Nadie quiere esto”, expresó ante el Concejo el pastor Eddie Jones, de Los Angeles Civil Rights Association. `”Por amor de Dios, hagan lo correcto y rechacen esta medida”.
Fracaso el perro robot en Nueva York
La ira de la comunidad evidenció algo similar a lo ocurrido en abril de 2021 en la ciudad de los rascacielos, donde el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) tuvo que deshacerse de un perro robótico similar al que quieren traer a Los Ángeles.
Aquel perro “Digidog” fue regresado a sus dueños: Boston Dynamics; además, cancelaron un contrato de $94,000, tras una reacción violenta de la gente sobre preocupaciones de militarización policial y abuso de la fuerza.
El sabueso de 70 libras era capaz de subir escaleras e inspeccionar áreas peligrosas; supuestamente ayudaría a los policías a identificar con mayor certeza las escenas de un crimen y proteger la seguridad de los oficiales.
En la sesión del Ayuntamiento, la concejala Eunisses Hernández y su homólogo, Hugo Soto-Martínez se comprometieron a oponerse a la donación del perro robot, independientemente de las reiteradas garantías de representantes del LAPD y de la compañía Boston Dynamics de que solamente sería usado por personal del SWAT y en situaciones donde hubiese materiales peligrosos y en operaciones de búsqueda y rescate.
Concejales latinos a favor de la comunidad
La policía insistió que el aparato nunca estaría equipado con ningún tipo de armas o tecnología de reconocimiento facial, ni sería utilizada en ningún tipo de operaciones de patrullaje.
La concejala Hernández argumento que tiene “serias preocupaciones” sobre el robot, e indicó que “no hace que nuestras comunidades sean más seguras”.
Ella pidió los costos a largo plazo, así como garantías extendidas y capacitación para el probable uso del robot.
“¿De qué manera aceptar esta donación hace que nuestra ciudad sea más segura y cómo se puede ser fiscalmente responsable?”, cuestionó la concejala Hernández, a lo que Soto-Martínez añadió:
“En el corazón de estas preguntas está, ¿la comunidad confía en el LAPD? Y creo que la respuesta es no”.
Por su parte, Hamid Khan, también organizador de la Coalición “Alto al Espionaje de la Policía”, consideró que el perro robot en discusión debería situarse “en la arquitectura más amplia de la violencia y las herramientas de daño que el LAPD tiene en su arsenal: lanzagranadas, rifles de asalto, drones, tecnología de reconocimiento facial, informes de actividades sospechosas?”.
“Y ahora le sumas este perro robot cuadrúpedo o vehículo terrestre no tripulado”, agregó. “Entonces, cuando miras eso, esto es lo que se observa en un estado policial. Y es muy importante que recordemos que así de intimidante, acosadora y amenazante es la presencia de tales tecnologías y tales armas en nuestras comunidades”.