Detectan “oleada” de actividad cerebral en personas justo antes de morir
La actividad se detectó en la llamada zona caliente de los correlatos neuronales de la conciencia en el cerebro, que se ha relacionado con los sueños
Lo que sucede después de la muerte o incluso en el proceso hacia ese estado ha intrigado a la humanidad desde hace siglos en los cuales se han generado historias sobre luz blanca, visitas de seres queridos fallecidos, audición de voces, entre otros atributos y ahora un estudio revela que detectó una oleada de actividad cerebral en cerebros moribundos.
Un nuevo estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Science, aporta las primeras pruebas de un aumento de la actividad correlacionado con la conciencia en el cerebro moribundo.
La investigación registró señales similares de activación gamma en los cerebros moribundos de animales y humanos tras una pérdida de oxígeno después de un paro cardíaco.
“Cómo puede surgir una experiencia vívida de un cerebro disfuncional durante el proceso de la muerte es una paradoja neurocientífica”. afirmóGeorge Mashour, director fundador del Michigan Center for Consciousness Science y coautor del estudio.
El equipo identificó a cuatro pacientes que fallecieron por parada cardiaca en el hospital mientras estaban bajo monitorización EEG. Los cuatro estaban en coma y no respondían. Al final se determinó que ya no necesitaban ayuda médica y, con el permiso de sus familias, se les retiró el soporte vital.
Actividad cerebral antes de dormir
Al retirarles la respiración asistida, dos de los pacientes mostraron un aumento de la frecuencia cardiaca junto con una oleada de actividad de ondas gamma, considerada la actividad cerebral más rápida y asociada a la consciencia.
Además, la actividad se detectó en la llamada zona caliente de los correlatos neuronales de la conciencia en el cerebro, la unión entre los lóbulos temporal, parietal y occipital en la parte posterior del cerebro. Esta zona se ha relacionado con los sueños, las alucinaciones visuales en la epilepsia y los estados alterados de conciencia en otros estudios cerebrales.
Estos dos pacientes tenían informes previos de convulsiones, pero ninguna convulsión durante la hora anterior a su muerte, explicó la doctora Nusha Mihaylova, profesora clínica asociada en el Departamento de Neurología que ha colaborado con el Dr. Borjigin desde 2015 recopilando datos de EEG de pacientes fallecidos bajo cuidado en la UCI.
Los otros dos pacientes no mostraron el mismo aumento en el ritmo cardíaco al retirarles el soporte vital ni tuvieron una mayor actividad cerebral.
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