Tren Maya, del dicho… ¡al hecho!

CIUDAD DE MÉXICO- Durante más de cuatro años, el Tren Maya estuvo solo en la imaginación de los mexicanos. En presentaciones de diapositivas, en dibujos y maquetas inmersas en una selva imaginaria mientras en el terreno real la maquinaria se abría paso con dinamita y retroescabadoras, sierras y hachas.

Pero ahora es un hecho y la prueba de que el principal proyecto del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador está a punto de ver la luz fue el traslado de los primeros vagones desde el centro del país al sureste.

Salieron del Estado de Hidalgo, donde fueron montados, con rumbo a Quintana Roo. Viajaron sobre pesadísimos y lentos tráileres como los primeros vagones de un total de 44 que serán trasladados a la región donde el Tren Maya está a punto de inaugurarse.

“Será en diciembre”, prometió López Obrador.

Se abrieron paso por caminos de pobladores que en algún momento estuvieron inconformes con el proyecto y, al verlo convertido en una realidad… ¡Apludieron!

“Es emocionante ver los vagones, a pesar de todo”, dijo José Xiu, agricultor de la región a la prensa local. “No estamos a gusto, pero es lo que hay y hay que adaptarse”.

Con más de 1,500 kilómetros en cuatro estados del sureste del país: Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán, el Tren Maya pretende expandir la demanda económica que los 30 millones de turistas anualmente llevan a Cancún y la Riviera Maya hacia otros rincones cercanos menos conocidos, pero con atractivo.

Estos lugares están interconectados por siete tramos que componen la ruta del tren: El Tramo 1  va de Palenque a Escárcega; el Tramo 2: Escárcega – Calkiní; el Tramo 3 va de Calkiní a Izamal; el 4, de Izamal – Tulum; el 5, de Cancún – Tulum; el 6 de Tulum a Bacalar  y el 7 de Bacalar a Escárcega.

Para hacer más tangible la obra, López Obrador presentó a los vagones poco después de que llegaron a su destino el pasado 9 de julio. El mandatario publicó un vídeo, donde aparece acompañado de Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo, en el que muestra el tren inspirado en la cultura maya con el jaguar como referente principal.

El exterior del vagón es color verde bandera y blanco en los laterales, el techo y el frente de la cabina del conductor. En un costado lleva el ícono del Tren Maya; al interior, una tonalidad azul con mezcla de grises y blancas en las zonas comunes (vestíbulos y la cafetería). 

Cuenta con dos asientos de cada lado y está dividido en secciones de cuatro lugares: las personas se verán de frente y contarán con una mesa para colocar alimentos y bebidas; conexiones eléctricas y espacios para maletas, equipaje y hasta bicicletas.

Los vagones fueron bautizados con nombres mayas según su función. 

Xiinbal (caminar): Es el tren estándar de servicio y cuenta con ventanas panorámicas que permitirán a los pasajeros visualizar el panorama durante el viaje. Janal (comer): Será un restaurante que ofrecerá gastronomía de la región o P’atal (permanecer): Los pasajeros que recorrerán largas distancias podrán usar los camarotes.

Las “pruebas dinámicas” las hará el presidente a partir del 1 de septiembre  en el  tramo 4 del Tren Maya que el gobierno considera “listo” para esta etapa.

¿Qué sigue?

Además de la presentación de los vagones en sociedad, las autoridades han dado conocer semanalmente los avances de la obra con información concreta como el costo de los boletos que será de 50 pesos para los mexicanos y el precio para extranjeros oscilaría entre los 40 y 50 dólares (entre 680 pesos y 850 pesos), según el tipo de cambio. 

En el Tramo 4, que es de los más avanzados, se podrá tener acceso a dos de las más importantes zonas arqueológicas: Ek Balam y Chichén Itza. En torno a esta última, el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto, dijo que en esta zona hay adelantó que en septiembre se abrirá un nuevo espacio conocido como Chichén Viejo

“Hicimos una investigación relacionada con características y elementos de los asentamientos, estructura sociales y políticas de las que ahora sabemos más y lo podrán saber los visitantes”.

A los vestigios arqueológicos se suma el atractivo de los pueblos mágicos dispersos en la ruta que incluyen desde los más conocidos como Tulum, donde se puede visitar la zona de Cobá, el Cenote dos ojos, la Reserva de la Biósfera Sian Ka’an; o Bacalar con el Cenote Azul, el Fuerte de San Felipe, el Museo de la Piratería, la Casa de la Cultura y la Plaza Principal .

Pero los nuevos caminos abiertos por el Tren Maya llegan hasta regiones como Tapijulapa, enclavado en la sierra de Tabasco, donde se puede visitar la Cueva de la Sardina Ciega; Palizada, en el estado de Campeche, un pueblo pintoresco a la orilla del río o Maní, un pueblo guardián de las abejas melipones, endémicas de la península y otras comunidades anteriormente incomunicadas. 

Los viajeros van a poder contar con la opción de pernoctar y visitar unos 14 Pueblos Mágicos, seis sitios Patrimonio Mundial de la Humanidad, 18 paraísos indígenas y 50 zonas arqueológicas. 

Las polémicas 

El Tren Maya logró su fin con el apoyo absoluto de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que ha hecho un doble papel de constructor y vigía frente a las múltiples inconformidades que generó por el deterioro ambiental de selvas altas, pantanos y sabanas con una tala de 3.4 millones de árboles así como por las afectaciones a las comunidades cuyas propiedades fueron expropiadas.

El control del ejército en el proyecto avanzó hasta asuntos de economía: a la par de la obra, los militares se hicieron del control seis hoteles  de 160 habitaciones cada uno en Nuevo Uxmal (Yucatán), Chichén Itzá (Yucatán), Edzná Calakmul (Campeche) y Palenque (Chiapas) mientras algunos de los trabajadores a su cargo han bloqueado las obras por malos pagos y trato.

Cifras

– El tren, que recorrerá 1,554 km por cinco estados

– La mayoría de los tramos tienen avances de más del 58%

– Los tramos más avanzados son el 3 y el 4 con hasta 90% en el primer semestre de 2023.

– 359, 853 millones de pesos de inversión: 2.4 veces más que el presupuesto proyectado

– El tramo 7 concentra la mayor cantidad de vestigios arqueológicos como bienes muebles e inmuebles, según el INAH: 19 mil 862 inmuebles, 303 bienes muebles y 33 entierros.

– Actualmente hay 19 frentes de construcción con 31 mil 226 empleados; 1,300 unidades de maquinaria pesada y 1,900 vehículos de construcción.

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