14 familias, la mayoría latinas, ganan un caso de abuso sexual contra el Distrito Escolar de Los Ángeles
El LAUSD pagará $20 millones de dólares por el abuso de 14 niñas en la escuela primaria Oxnard de North Hollywood
“Jane Doe”, una de las 14 víctimas de abuso sexual por parte del exmaestro Lino Cabrera, en la primaria Oxnard de North Hollywood lloró profusamente, pero se armó de valor para contar la pesadilla que sufrió con el pederasta que le robó la inocencia, cuando cursaba el segundo grado.
Ella ya tiene 18 años, pero, cuando se enteró de que el maestro había sido arrestado, de inmediato le vino a la mente el apellido Cabrera,
¿Y tú como lo sabes?, le preguntó su madre.
Fueron segundos en los que el pasado de abuso revivió en la niña. Se derrumbó y describió las vejaciones a que había sido sometida.
“No entendía por qué cuando iba a la escuela a recoger a mi hermanito, sentía repulsión por aquel maestro”, dijo “Jane Doe”, una señorita latina.
El próximo lunes, se tiene programado que la jueza Barbara M. Scheper apruebe un acuerdo por casi $20 millones de dólares entre el LAUSD y los abogados que representan a 14 familias de escasos recursos, la mayoría latinas.
Cabrera, quien en el 2020 fue sentenciado en la Corte Superior de Van Nuys a purgar una sentencia de ocho años, salió en libertad condicional en septiembre pasado, según informó una de las madres de las niñas.
“Lleva un monitor electrónico en el tobillo, pero sí, ya está libre”, dijo la afligida mujer.
La mayoría de los abusos ocurrieron en 2019, en el laboratorio de computación y aunque fueron reportados a la administración escolar, nadie hizo nada en defensa de las niñas, que tenían entre 7 y 11 años., según documentos.
Inocencia robada
“Todas las niñas fueron abusadas en el campus, durante el horario escolar en las aulas. A menudo, mientras los maestros estaban presentes, otros niños observaban el abuso”, dijo a La Opinión el abogado Anthony De Marco, quien representa a siete víctimas. Las otras siete víctimas son representadas por el abogado Michael Carrillo.
“Muchas de esas niñas se quedaban solas, a puerta cerrada, con el perpetrador”.
De Marco expresó que las reglas del LAUSD son claras: “… los profesores nunca pueden estar a solas con un estudiante, a puerta cerrada”.
Agregó que el problema es que no se está comunicando con suficiente fuerza a las escuelas, y no se lo están diciendo a los profesores y administradores: “Si ves que esto sucede, denúncialo”.
Entre la vaguedad de las respuestas de los maestros de la primaria Oxnard, la mayoría no respondió ni pensó que necesitaba hacer algo.
“Se quedaron callados, no pensaron que necesitaran hacer algo. No deberían hacer nada, a menos que vean los abusos o que el niño informe que ha sido abusado sexualmente. Eso es lo que sucede generalmente, y, desafortunadamente, la mayoría de los profesores no reciben instrucción para proteger a los niños ni castigo por no protegerlos”.
Actos aberrantes
En la demanda contra el LAUSD, se alega que el distrito “no informó a estudiantes, padres, maestros, autoridades policiales, autoridades civiles y otros los hechos verdaderos y la información relevante necesaria para llevar a Lino Cabrera ante la justicia”.
La conducta de Lino Cabrera de asilar a las niñas en la escuela, según los abogados, era conocida por muchos maestros y administradores de la Primaria Oxnard quienes, a pesar de saber que su conducta violaba las políticas de la escuela y del distrito para la protección de menores, no tomaron medidas para prevenir sus presuntos abusos sexuales de las niñas, según los documentos judiciales presentados en junio de 2020 en nombre de las dos niñas del caso.
El abogado Di Marco, dio a conocer que a “Jane D.V. Doe”, que era una menor de 14 años, Cabrera la acosó y abuso sexualmente en múltiples ocasiones e intencionalmente cometió con ella actos lascivos.
El abusador, presuntamente le frotó las piernas de arriba abajo cuando la niña salió del baño durante el recreo y fue llevada al laboratorio de computación. Allí, Cabrera puso a la niña sobre sus manos y rodillas y se refirió a esa posición como la “postura del perrito”. Él también se puso de rodillas detrás de ella, frotó los glúteos de la niña y las de él mismo, simulando tener sexo.
“María”, un seudónimo usado para proteger la identidad de la madre de una de las víctimas, describió el proceso de recibir el correo electrónico donde le informaron que su niña había sido abusada, la acusación del perpetrador y el juicio criminal como “un proceso bien difícil”.
“Personalmente estoy agradecida de que ha terminado”, dijo la madre. “Ahora nos vamos a enfocar en la sanación de mi hija y de la familia”.
A resurgir de entre cenizas
María narró frente a las oficinas del LAUSD que, con ayuda psicológica y terapias, su hija ha mejorado, pero hay días en que ella no quiere hablar con nadie.
“Finalmente, ella hizo su declaración cuando me dijo, “Mamá, creo que es hora de que necesito hablar… Estoy lista para recibir ayuda”.
Por ello, María dijo agradecer a Dios porque siente que su hija ha regresado.
Manifestó que en el día de la sentencia contra Lino Cabrera, finalmente pudo expresar lo que sentía.
“Yo dejaba a la niña en la escuela, confiando en los maestros, en los consejeros, en los directores y pensaba que era un lugar seguro. Pero no era así. Esto no debió haber pasado”.
“Ana”, otra madre latina, consideró que, “en ningún lugar debería pasar lo que están viviendo nuestras niñas”.
Apesadumbrada por la tragedia, informó que, aunque hayan pasado los años, su hija ya no es la misma.
“Pido a los papás que pongan mucha atención en sus hijos, a los niños que no se queden en silencio, y al distrito que, con más fuerza haga su trabajo porque esto [el abuso] pudo haberse evitado”, declaró.
Un gesto que decía mucho más
Ana pidió cambios en el LAUSD sobre la manera en que están trabajando con la seguridad de los niños en los planteles.
“Ello son el futuro…, pero mi hija ya no lo tiene”, dijo entre lágrimas. “Hay días en que se cae y se vuelve a levantar. Soy madre de otros cinco niños y me da miedo de que les pueda suceder lo mismo que a mi niña”
La estudiante de cuarto grado era una niña de buenos modales, que le gustaba ser servicial y ayudaba a quien se lo pedía, expresó la madre.
“Un día fui por ella a la escuela y el maestro le dijo “bye” (adiós); vi que ella hizo un gesto de desagrado y no respondió. Pensé que a lo mejor le había llamado la atención y mi niña me dijo :“¡No quiero y no me digas más!”.
La madre nunca se enteró que aquella reacción era una respuesta indirecta al abuso sexual a que era sometida en el aula de clases.
La niña se sentía impotente de descubrir al abusador.
“Cuando pasó todo lo del arresto, ella lloró y me dijo “Mom, tenía miedo de que esta persona me hiciera algo, y pensé que, si lo decía, él iba a decir que yo era una mentirosa”, relató Ana.
Un caso grotesco
Luis Carrillo, abogado criminalista que litigó el históricamente triste caso de la primaria Miramonte, donde el profesor Mark Bendt le dio semen en galletas a los niños por varias décadas, y quien representa a siete de las 14 víctimas de L:ino Cabrera, dijo que autoridades de la primaria Oxnard y del LAUSD “ se hacían de la vista gorda y por eso sufrieron muchas niñas de abuso sexual y que les han dejado secuelas por años o quizás para toda la vida”.
Carrillo señaló que todas las victimas que representa son niñas latinas, “porque los pervertidos abundan donde hay niños latinos, porque sus padres desconocen el proceso de cómo denunciar a los pervertidos y se callan por vergüenza o porque el padre quiere ir a partirle la m*dre al acosador”.
Al cierre de la edición, el LAUSD no respondió a La Opinión si el distrito escolar aprendió algo sobre los casos de abuso sexual en la primaria Miramonte, la secundaria Torres High School y la primaria Oxnard.
Tampoco informaron sobre los millones de dólares de los contribuyentes que han tenido que pagar para resolver los litigios, ni sobre los protocolos de seguridad que se implementan en las escuelas para proteger la mala conducta sexual de profesores, administradores y personal escolar.
Solamente, en una declaración, una portavoz del LAUSD dijo: “Nuestros pensamientos están con aquellos los involucrados en este asunto. Tenemos la esperanza de que esta resolución brinde algún alivio en el proceso de curación”.
También se mencionó que “la seguridad de nuestros estudiantes sigue siendo nuestra principal prioridad; mientras continuamos trabajando diligentemente para brindar el ambiente de aprendizaje más seguro posible para que todos los estudiantes aprendan y tengan éxito”.