Florida permitirá a médicos realizar cesáreas en hogares
Florida ha aprobado la realización de cesáreas fuera de los hospitales en centros de maternidad avanzados, generando debate entre la reducción de costos y la seguridad de madres y bebés
Florida se ha convertido en el primer estado de Estados Unidos en permitir la realización de cesáreas fuera de los hospitales, apoyando a un grupo médico de capital privado que argumenta que esta medida reducirá costos y ofrecerá a las mujeres embarazadas una experiencia de parto más íntima y hogareña.
La nueva legislación, promulgada esta primavera, autoriza la creación de “centros de maternidad avanzados”. Estas instalaciones permitirán a los médicos realizar partos vaginales y cesáreas en mujeres consideradas de bajo riesgo. Las pacientes también podrán pasar la noche en estos centros, brindándoles una opción alternativa al entorno hospitalario tradicional.
Women’s Care Enterprises, un grupo médico respaldado por capital privado con presencia principalmente en Florida, así como en California y Kentucky, fue un actor clave en la promoción de esta legislación. BC Partners, una firma de inversión con sede en Londres, adquirió Women’s Care en 2020. Stephen Snow, ex obstetra y ginecólogo de Women’s Care, expresó que muchos pacientes prefieren evitar los hospitales, y este cambio responde a esa necesidad.
No obstante, la industria hospitalaria y la principal asociación de obstetras del país han levantado serias preocupaciones. Cole Greves, un perinatólogo de Orlando y presidente del capítulo de Florida del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, advirtió sobre los riesgos inherentes. Según Greves, “una paciente embarazada que se considera de bajo riesgo en un momento puede necesitar repentinamente atención que le salve la vida en el siguiente”. Argumenta que los nuevos centros de parto, a pesar de una mayor regulación, no pueden igualar el nivel de seguridad que ofrecen los hospitales.
Los críticos sostienen que esta medida podría ser un retroceso en la atención obstétrica de calidad. Alice Abernathy, profesora asistente de obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, describió la legislación como “una mala curita para un problema crónico”. Abernathy teme que esta medida empeore los resultados para madres y bebés en lugar de mejorarlos.
En Estados Unidos, casi un tercio de los nacimientos se realizan mediante cesárea, un procedimiento quirúrgico en el que se extrae al bebé a través de una incisión en el abdomen y el útero de la madre. Este procedimiento suele ser elegido por los médicos cuando consideran que es más seguro que el parto vaginal, tanto para la madre como para el bebé. Estas decisiones pueden tomarse con meses de anticipación o en situaciones de emergencia durante el trabajo de parto.
La senadora estatal de Florida, Gayle Harrell, quien patrocinó el proyecto de ley, comparó esta nueva medida con la introducción de los centros de cirugía ambulatoria a finales de los años 80, que también fue vista como un cambio radical en su momento. Harrell, quien tiene experiencia en la práctica de obstetricia y ginecología, aseguró que los centros de maternidad deberán cumplir con altos estándares de personal, control de infecciones y otras regulaciones similares a las de los centros de cirugía ambulatoria.
Un aspecto crucial de la ley es que exige que los centros de maternidad avanzados tengan un acuerdo de transferencia con un hospital. Sin embargo, la ley no especifica la ubicación de estos centros ni su proximidad a un hospital, lo que ha generado preocupaciones adicionales sobre la rapidez con la que las pacientes pueden recibir atención hospitalaria en caso de emergencia.
A medida que esta nueva legislación entra en vigor, la comunidad médica y los pacientes estarán observando de cerca sus resultados. Si bien algunos ven esta medida como un paso hacia la modernización y personalización de la atención obstétrica, otros temen que pueda comprometer la seguridad y la calidad de la atención para las madres y los bebés. La evolución de los “centros de maternidad avanzados” en Florida podría servir como un caso de estudio crucial para otras regiones considerando cambios similares en sus prácticas de atención médica obstétrica.
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