Científicos desarrollan vacunas para tratar la presión arterial: de qué se trata
Nuevos inyectables para la hipertensión podrían ofrecer un control más duradero que las pastillas, con menos dosis diarias y mejor adherencia al tratamiento
Aproximadamente un tercio de los adultos padecen de hipertensión arterial, y de ellos, dos tercios no logran mantenerla bajo control. Uno de los principales obstáculos para controlar la presión arterial alta es la falta de adherencia al tratamiento prescrito.
A pesar de que los medicamentos en forma de pastillas han sido el estándar para tratar esta afección durante décadas, cerca del 50% de los pacientes abandonan su uso en el primer año, y muchos otros no los toman de manera constante.
Las pastillas para la hipertensión requieren ser ingeridas al menos una vez al día debido a su corta duración de acción. Sin embargo, recientes ensayos clínicos han mostrado que tratamientos inyectables pueden reducir la presión arterial durante hasta seis meses.
Si se aprueban, estos inyectables representarían la primera nueva clase de medicamentos para la hipertensión en décadas. Al facilitar la adherencia al tratamiento, podrían contribuir a una reducción sostenida de la presión arterial. Incluso una reducción de solo 5 mmHg puede disminuir significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Es crucial entender que estos inyectables no son vacunas en el sentido tradicional. Son similares a medicamentos como Ozempic y Trulicity, utilizados para diabetes y pérdida de peso, pero en lugar de ser autoadministrados, los inyectables para la hipertensión serían aplicados por profesionales de la salud.
Fármacos prometedores
Dos de los fármacos más prometedores en los ensayos clínicos actuales se dirigen a una proteína del hígado llamada angiotensinógeno, fundamental en el sistema hormonal que regula la presión arterial y el equilibrio de líquidos.
Estos fármacos inyectables funcionan a través de un proceso conocido como “interferencia de ARN”, que interfiere con la síntesis de la proteína angiotensinógeno, alterando así la cadena de eventos que llevan a la hipertensión. Las pastillas para la presión arterial también actúan sobre el sistema del angiotensinógeno, pero su efecto es de corta duración, de hasta 24 horas.
Los ensayos clínicos han identificado dos candidatos prometedores: IONIS-AGT-LRx de Ionis Pharmaceuticals y zilebesiran de Alnylam Pharmaceuticals. El IONIS-AGT-LRx se administra una vez por semana por vía subcutánea y ha mostrado ser seguro en ensayos pequeños con voluntarios sanos o con hipertensión leve a moderada, aunque se necesitan estudios más amplios para confirmar su efectividad.
Por su parte, el zilebesiran se inyecta cada seis meses y ha demostrado una reducción significativa de la presión arterial con un buen perfil de seguridad en personas jóvenes y de mediana edad, incluso cuando se combina con las pastillas tradicionales para la presión arterial.
El efecto del zilebesiran en la reducción de la presión arterial parece ser comparable al de las pastillas, con una disminución de alrededor de 10 a 15 mmHg, pero con una duración mucho mayor. Sin embargo, la mayoría de las personas probablemente necesitarán usarlo junto con otro medicamento antihipertensivo.
En cuanto a la seguridad, los datos preliminares son alentadores. Los estudios muestran buena tolerancia en personas jóvenes y de mediana edad, con pocos efectos secundarios significativos. Las reacciones más comunes son leves, como enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la inyección, afectando aproximadamente a una de cada seis personas.
Algunas personas presentaron niveles ligeramente elevados de potasio en sangre y cambios leves en la función renal, pero estos efectos fueron temporales y similares a los observados con otros tratamientos antihipertensivos.
Actualmente, estos inyectables no están disponibles para el público. Se están llevando a cabo ensayos clínicos en todo el mundo para obtener más evidencia sobre su seguridad a largo plazo, especialmente en personas de alto riesgo con múltiples condiciones de salud, su interacción con otros medicamentos y su capacidad para reducir la incidencia de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Uno de estos ensayos, programado para 2024, es el de zilebesiran y se realizará en lugares como el Hospital General de Repatriación Concord de Sídney.
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