Marihuana y embarazo: registran complicaciones maternas antes y al comienzo de gestación

El consumo de marihuana en el embarazo ha aumentado, pero conlleva riesgos graves como hipertensión, preeclampsia y desprendimiento de placenta

Cannabis durante el embarazo y su vínculo con el autismo

Las estadísticas más recientes sugieren que las mujeres, especialmente las más jóvenes, están igualando a los hombres en el consumo de drogas. Crédito: Valmedia | Shutterstock

El consumo de marihuana antes y durante el embarazo ha mostrado un notable incremento en los últimos veinte años. Las mujeres embarazadas están recurriendo al cannabis para aliviar síntomas como náuseas, dolor, estrés y dificultades para dormir. Sin embargo, esta tendencia creciente ha generado preocupaciones significativas entre la comunidad médica debido a los riesgos asociados tanto para la madre como para el bebé.

Numerosos estudios han vinculado el consumo de marihuana durante el embarazo con una serie de complicaciones neonatales. Los bebés expuestos a la marihuana en el útero tienen mayores probabilidades de nacer con bajo peso, de manera prematura y de requerir ingreso en unidades de cuidados intensivos neonatales. Estos resultados han llevado a una reexaminación del uso de cannabis por parte de las futuras madres.

Un estudio reciente añade otra capa de preocupación, revelando que el consumo de marihuana puede también tener serias implicaciones para la salud materna. Este estudio, liderado por la investigadora Kelly Young-Wolff de la División de Investigación de Kaiser Permanente en Pleasanton, California, descubrió que las mujeres que consumieron cannabis al inicio del embarazo tienen un riesgo 17% mayor de desarrollar hipertensión gestacional y un 8% mayor de sufrir preeclampsia. Además, se observó un incremento del 19% en el riesgo de desprendimiento de placenta, una condición peligrosa donde la placenta se separa del útero, poniendo en riesgo la vida de la madre y el feto.

La hipertensión gestacional, caracterizada por un aumento de la presión arterial después de las 20 semanas de embarazo, puede tener efectos adversos en diversos sistemas orgánicos de la madre, incluidos el hígado, los riñones, el cerebro, el útero y la placenta. Si no se trata adecuadamente, puede evolucionar a preeclampsia, una condición más grave que puede causar daños en el hígado y los riñones, acumulación de líquido en los pulmones y, en casos extremos, coágulos sanguíneos, convulsiones, accidentes cerebrovasculares y fallos renales temporales.

El desprendimiento de placenta, otra complicación asociada al consumo de cannabis, es una de las principales causas de mortalidad en mujeres embarazadas y sus bebés. Esta condición interfiere con el suministro de oxígeno y nutrientes al feto, creando un entorno de alto riesgo tanto para la madre como para el niño. La doctora Deborah Ansley, directora médica del programa de salud prenatal Early Start de Kaiser Permanente en el norte de California, señala que esta situación puede llevar a un parto prematuro y a la necesidad de cuidados intensivos para el recién nacido, afectando el vínculo inicial entre madre e hijo.

El estudio también reveló que las mujeres que consumen marihuana durante el embarazo son propensas a un aumento de peso inapropiado, ya sea excesivo o insuficiente, lo cual puede tener consecuencias adicionales para la salud materna y fetal. En comparación con las mujeres que no consumieron cannabis, las usuarias tenían un 9% más de probabilidades de ganar demasiado peso y un 5% más de probabilidades de no ganar suficiente peso.

Este estudio es uno de los más amplios realizados hasta la fecha sobre el uso de cannabis durante el embarazo, analizando datos de más de 250,000 embarazadas atendidas por Kaiser Permanente Northern California. Más de 20,000 de estas mujeres fueron identificadas como consumidoras de cannabis, lo que resalta la magnitud del problema. Además, se encontró que la frecuencia del consumo diario de marihuana está en aumento, particularmente la potencia del cannabis actual es mucho mayor que en el pasado.

Los expertos señalan que los cannabinoides, especialmente el THC, pueden alterar la señalización hormonal en la placenta, afectando su desarrollo y función. Esto podría explicar las graves consecuencias observadas en los estudios. A pesar de estos riesgos conocidos, muchas mujeres embarazadas reciben mensajes contradictorios de las redes sociales y otros canales que sugieren que el cannabis es seguro durante el embarazo.

A medida que se acumula la evidencia sobre los riesgos del cannabis, es crucial que las mujeres embarazadas se sientan seguras al discutir su uso con sus proveedores de atención médica. Las profesionales médicas como Young-Wolff y Moore instan a las embarazadas a buscar alternativas seguras recomendadas por sus médicos para gestionar los síntomas del embarazo en lugar de recurrir al cannabis. Además, se enfatiza que nunca es demasiado tarde para reducir o cesar el consumo de marihuana durante el embarazo para minimizar los posibles efectos adversos.

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