El covid prolongado afecta la memoria de niños y jóvenes

Muchos jóvenes enfrentan síntomas prolongados de COVID que le han afectado desde 2020, desafiando su vida diaria.

El covid prolongado afecta la memoria de niños y jóvenes

Crédito: Shutterstock

En Usa Today se reseña la historia de Rose Lehane Tureen es una joven de la secundaria en Maine que ha estado luchando contra síntomas persistentes de COVID durante más de cuatro años.

El impacto del COVID en su vida fue devastador “Tuve que decidir si quería marchitarme en el sofá en la oscuridad o seguir adelante y hacer cosas que me hicieran feliz”, relató. Con resiliencia decidió seguir adelante, buscando recuperar los años que sentía que el COVID le había arrebatado.

Aproximadamente 5,8 millones de niños en Estados Unidos que padecen COVID prolongado. La falta de reconocimiento de los síntomas por parte de médicos, padres y los propios pacientes ha dificultado el diagnóstico y tratamiento de esta condición en muchos jóvenes. Un nuevo estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud ha revelado que los síntomas más comunes entre los adolescentes de 12 a 17 años incluyen fatiga, dolor, y alteraciones en el gusto y olfato. Por otro lado, los niños más pequeños, de 6 a 11 años, tienden a experimentar problemas de concentración, trastornos del sueño y molestias estomacales.

Este estudio, que involucró a 5.300 niños y adolescentes de más de 60 centros de atención médica en Estados Unidos, subraya la necesidad de un enfoque de diagnóstico que tenga en cuenta las diferencias de edad. Los investigadores encontraron que los síntomas en niños más pequeños, como fobias y la negativa a asistir a la escuela, no siempre coinciden con los experimentados por los adultos, lo que resalta la importancia de la investigación basada en la edad.

En 2020, cuando Rose comenzó a experimentar sus primeros síntomas, la falta de comprensión sobre el COVID prolongado complicó su diagnóstico. Le tomó más de un año encontrar un equipo médico que reconociera y tratara sus síntomas de manera adecuada. Finalmente, encontró un grupo de especialistas en el Boston Children’s Hospital que la ha estado ayudando en su recuperación.

A pesar de los avances en la investigación, todavía queda mucho por aprender sobre el COVID prolongado, especialmente en niños. La Dra. Alexandra Yonts, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, señala que la mayoría de los datos actuales provienen de pacientes que contrajeron variantes anteriores del virus, y que aún no se comprende completamente el impacto de las variantes más recientes como ómicron en el desarrollo de síntomas prolongados.

La experiencia de Rose destaca la importancia de mantener abiertas las clínicas post-COVID, que están comenzando a cerrar debido a la falta de financiación. Estos centros son vitales para pacientes como ella, quienes requieren atención especializada y multidisciplinaria. Rose, consciente de que el mundo parece avanzar después de la pandemia, aún enfrenta los desafíos diarios de su enfermedad y espera que estudios recientes puedan renovar el enfoque en esta problemática.

“Ahora existe la ilusión de que el confinamiento ha terminado, de que el COVID se ha ido”, afirma Rose. “Pero para aquellos de nosotros que seguimos lidiando con los efectos del COVID, la lucha continúa”.

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