Corea del Norte reabre sus puertas a turistas occidentales
El turismo es una fuente clave de divisas para Pyongyang debido a que esa industria se encuentra fuera del alcance de las sanciones internacionales.
Casi cinco años después de que Corea del Norte cerrara sus fronteras debido a la pandemia de coronavirus, funcionarios del régimen indicaron que volverá a abrirlas para los turistas occidentales.
Las compañías de viajes que antes llevaban pequeños grupos de visitantes a Corea del Norte recibieron la noticia de sus asociados en Pionyang a mediados de agosto, quienes les indicaron que podrían comenzar los primeros tours en diciembre. La ciudad de Samjiyon, en el norte del país, probablemente será el destino inicial.
“Nos informaron por teléfono nuestros socios de Pionyang”, dice Simon Cockerell, director general de Koryo Tours, agencia de viajes especializada en Corea del Norte. “Fue inesperado, pero bienvenido, y pedimos información adicional, pero no había nada más aparte de lo que nos dijeron”, señala. Otras empresas del rubro, como KTG Tours, recibieron notificaciones similares.
Koryo Tours, cuyas oficinas centrales están en Pekín, llevó a los primeros turistas extranjeros a Corea del Norte en 1993. En las siguientes décadas, cumplió los deseos de unas 30.000 personas que deseaban conocer el cerrado Estado.
Pionyang cierra sus fronteras
El último grupo de occidentales que entró al país lo hizo en enero de 2020, poco antes de que Pionyang decidiera cerrar las fronteras del país en un esfuerzo por aislarse de la pandemia global.
Muchos otros países limitaron los viajes para detener los contagios, pero levantaron las restricciones a medida que la pandemia dejó de ser un problema gracias a las vacunas. Ahora existe un enorme interés por viajar a Corea del Norte, dicen las agencias de viajes respecto al último país del mundo en reabrir sus fronteras.
“Tenemos solicitudes desde varios lugares, es evidente que existe mucho interés de personas que desean conocer Corea del Norte“, dice Cockerell a DW. La principal razón que da la gente para realizar este viaje es “porque el país está ahí”, señala el director de Koryo Tours, pero también hay varios “completistas” que esperan visitar cada país del planeta.
“Obviamente no es el lugar más fácil de visitar y hay numerosas restricciones, reglas y regulaciones, por lo que no se trata de un lugar al que la gente va porque sí o por casualidad”, explica Cockerell. “Los que van realmente quieren ir. Quieren ver y hacer todo lo que sea posible, y aprender tanto como se pueda”, añade. “Esto genera grupos de visitantes muy comprometidos y una experiencia fascinante”.
Los surcoreanos también quieren ir
Kim Seong-kyung, profesora de sociedad y cultura norcoreanas en la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl, dice que tiene muchas ganas de visitar el país del norte, pero esto es imposible en estos momentos para los surcoreanos. “Si las normas se relajaran, me gustaría mucho ir por interés académico, pero también por interés en este país dividido con dos sociedades muy distintas”, sostiene. “Como a la mayoría de los surcoreanos, me encantaría saber más de Corea del Norte”.
Debido a que el gobierno de Pyongyang siempre ha sido muy cauteloso con los extranjeros, Kim cree que las autoridades llevan mucho tiempo preparándose para esta reapertura. “Corea del Norte necesita más recursos desde fuera de sus fronteras, y el turismo es uno de los pocos sectores que está exento de las sanciones de la ONU”, explica.
“El régimen de Kim está haciendo un gran esfuerzo para atraer a más turistas debido a que necesita divisas, pero también creo que quiere que su país sea considerado ‘normal’ y exhibir al resto del mundo sus atracciones naturales, así como la belleza de sus ciudades”.
El dictador norcoreano Kim Jong-un firmó un amplio acuerdo comercial y de seguridad con su par ruso Vladimir Putin cuando éste visitó Pionyang en junio, y ya hay grupos de rusos visitando Corea del Norte.
Kim Jong-un vigila el turismo
Kim visitó el 18 de julio la zona turística de Wonsan-Kalma, en la que se trabaja desde hace varios años, para supervisar los avances en las obras. El recinto está conformado por hoteles, restaurantes, parques de diversiones, una torre giratoria y otras instalaciones en una zona de cuatro kilómetros de playa curva.
Y aunque el turismo no es objeto de sanciones, ha habido críticas en algunos sectores que señalan que al visitar el país se cae en las manos de la propaganda norcoreana y se ayuda a financiar los programas nucleares y de misiles del régimen.
Cockrell no está de acuerdo. “La solución para el aislamiento por el que se critica con razón a Corea del Norte no es más aislamiento”, defiende. “La política norcoreana es mantener a su gente en un estado donde aprenden del mundo a través de un sistema que no les presenta la mejor cara de los extranjeros”, sostiene. “Solo con interacción, compromiso y simplemente estando en el país y moverse por él es posible ir en contra del discurso oficial y ayudar a abrir progresivamente los ojos y las mentes sobre una de las realidades más complejas del mundo”.
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