Investigadores descubren «puntos críticos» de depresión en Reino Unido
Desigualdades en salud mental en Inglaterra, con variación regional. Se requieren intervenciones personalizadas según la privación socioeconómica y depresión
La Universidad de Southampton en colaboración con la Universidad de Liverpool, ha revelado desigualdades en la salud mental en Inglaterra, destacando cómo la depresión y las condiciones socioeconómicas desfavorables están estrechamente vinculadas en diferentes regiones del país. Este análisis, que abarca un periodo de 12 años, ofrece una visión completa de la geografía de la salud mental en Inglaterra, poniendo de relieve la necesidad de intervenciones específicas en cada región para abordar estas desigualdades.
El estudio se centró en examinar la relación entre la privación socioeconómica y la prevalencia de la depresión en diversas áreas locales de Inglaterra. Los investigadores analizaron datos del NHS que registran anualmente el porcentaje de adultos diagnosticados con depresión en más de 32.000 áreas pequeñas de todo el país. Al combinar estos datos con un índice que mide las tasas de privación, el equipo pudo mapear “puntos críticos” donde las personas enfrentan condiciones de vida adversas y donde se han registrado altos niveles de depresión a lo largo del tiempo.
Los hallazgos revelaron que la privación socioeconómica podría explicar hasta el 39% de los casos de depresión en ciertas regiones. Sin embargo, la intensidad de esta relación varía considerablemente en todo el país, lo que sugiere que no existe una solución única para abordar el problema. Por ejemplo, en regiones como el noroeste y el noreste de Inglaterra, se identificaron focos significativos donde las tasas de depresión han aumentado considerablemente, abarcando aproximadamente el 17% y el 10% de la superficie geográfica de estas regiones, respectivamente.
El noroeste de Inglaterra, en particular, ha sido identificado como la región con el mayor porcentaje de áreas donde la prevalencia de la depresión ha aumentado de manera notable, alcanzando un 43%. Esta región también muestra un rápido crecimiento de las desigualdades en salud mental, lo que subraya la urgencia de intervenciones específicas. En el noreste, aunque la proporción de áreas afectadas es menor. En esta región, una de cada tres personas vive en áreas con niveles persistentemente altos de depresión, lo que representa la mayor proporción en comparación con el resto del país.
En contraste, Londres presenta un panorama diferente. Con solo el 0,38% de su superficie total categorizada como zona de alto riesgo de depresión y privación, la capital muestra niveles mucho más bajos de desigualdad en salud mental. Solo el 0,005% de su población vive en estas áreas desfavorecidas, lo que refleja una notable división entre el norte y el sur de Inglaterra en términos de salud mental. Esta disparidad se extiende al sureste del país, donde las tasas de depresión y privación son igualmente bajas, aunque algunas zonas del suroeste, como Bristol, Plymouth, la costa de Dorset y el este de Kent.
La Dra. Dalia Tsimpida, profesora de Gerontología en la Universidad de Southampton, subraya la importancia del contexto geográfico para entender estos resultados. Según Tsimpida, las poblaciones que viven en proximidad suelen compartir experiencias y problemas de salud mental similares, lo que da lugar a diferentes niveles de “carga mental espacial” en distintas áreas. Este concepto resalta la necesidad de intervenciones de salud mental que sean sensibles al contexto espacial y social.
La investigación sugiere que las estrategias tradicionales, como los ensayos controlados aleatorios, pueden no captar plenamente la complejidad de la relación entre la privación socioeconómica y la depresión, que varía significativamente de una región a otra. En su lugar, se recomienda que las futuras investigaciones y políticas de salud mental consideren factores contextuales más amplios, además de las características individuales, para diseñar intervenciones más eficaces y adaptadas a las necesidades específicas de cada comunidad.
Los autores del estudio concluyen que las políticas de salud mental deben enfocarse en estrategias regionales específicas, particularmente en el noroeste y noreste de Inglaterra, para abordar de manera efectiva las áreas con mayores necesidades. Identificar y monitorear estos puntos críticos permitirá a los responsables de políticas asignar recursos de manera más eficiente, enfocándose en prevenir e intervenir en las causas subyacentes de las desigualdades en salud mental.
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