Madre soltera encuentra en las flores su fuente de ingresos

Olga Calderón logra mantener a flote su florería a pesar de tener artritis

Olga Calderon posa para un retrato en su florería Angel’s Flowers en Santa Ana.

Olga Calderon posa para un retrato en su florería Angel’s Flowers en Santa Ana. Crédito: Fotos: Isaac Ceja | Impremedia

A los 8 años, Olga Calderón empezó a vender limones, pan, papaya, mango o lo que le pidiera su madre para poder ayudar a la familia cuando vivían en Guerrero, México. 

“Pienso que sí me gustaba porque me sentía feliz cuando me compraban”, explicó la mujer. “Sentía que me quería mucho la gente porque decían ‘ahí viene la güerita’ y me compraban”.  

Hoy en día, Calderón tiene su propia florería llamada Angel’s Flowers que está llena de una variedad inmensa de flores como girasoles, rosas, dalias, gerberas y lirios. 

El negocio también cuenta con una variedad de productos como osos de peluche, globos, perfumes, botanas y toman órdenes para arreglos especiales, donde algunos incluyen snacks como cheetos o gansitos dentro del ramo para darles un toque especial. 

El nombre de la florería viene de todos los ángeles que Calderón dice le han ayudado en su vida. 

Un hombre llamado Frank fue un gran apoyo para esta mexicana durante su comienzo en la industria de flores y hasta la fecha son amigos. 

“Llegamos con los proveedores de flores y les dijo ‘les presento a la señora Olga ella va a poner su florería y a la mejor ahorita no les compre mucho, pero después va a venir a comprarles por caja’ y yo ni idea tenía me quedé, así como pues porque dice eso”, explicó Calderón. 

Calderon dice que en su familia seguido reconocen a personas que consideran ángeles y los han apoyado entonces cuando Calderon sugirió el nombre Angel’s Flowers  a su familia les parecía perfecto. 

Unas flores en la florería Angel’s Flowers.

La ahora emprendedora cuenta mucho con el apoyo de su familia debido a su discapacidad de artritis, pero aun así ella sigue trabajando. 

“Estoy muy contenta, porque mis hijas están muy involucradas aquí conmigo, trabajamos las tres y no te puedo decir que soy la única dueña porque yo considero que las tres somos dueñas”, dijo Calderón. 

Al principio la mujer las guiaba cuando iban a hacer trabajos de eventos, pero ahora sus hijas pueden hacer el trabajo solas y se siente muy orgullosa de ellas. 

Calderón llegó a Santa Ana en 1999, cuando decidió hacer un cambio grande en su vida y salir de un matrimonio difícil donde fue víctima de violencia doméstica. 

Gracias al apoyo de su madre, su hermana y su hermano, juntó dinero para poder venir a Estados Unidos y empezar una nueva vida con sus dos hijas y después nació su hijo. 

“Aunque trabaje día y noche, pero yo quería una mejor vida para mis hijas”, dijo. 

Por muchos años trabajó como vendedora de otros productos e incluso trabajó en un swap meet. 

En 2010, Calderón empezó a tener dolores en los huesos y después le diagnosticaron artritis, con el tiempo se le dificultó trabajar de pie todos los días y decidió buscar otra forma de sacar adelante a sus hijos. 

“Empecé a hacer comida para vender durante el día y también empecé a transportar gente por las noches”, explicó Calderón.  

Durante un viaje tuvo la suerte de llevar una señora que vendía flores a comprar las flores que arreglaba y el dueño del lugar sugirió que Calderón vendiera flores también ya que tenía experiencia como vendedora. 

Así, esta madre comenzó a vender flores por las noches en vez de dar raites y se puso a vender afuera de restaurantes, barras y en las esquinas de las gasolineras en varias ciudades del condado de Orange. 

Además de las dificultades que ha pasado por su salud, Calderón dice que al principio fue difícil tratar de juntar dinero para rentar un local para su negocio y como muchos otros negocios las ventas bajaron drásticamente durante el inicio de la pandemia en el 2020. 

Pero gracias a sus clientes ha podido sobresalir cualquier obstáculo que ha enfrentado. 

Dos veces le han rompido el vidrio grande de la ventana que se ve hacia la calle donde se metieron a robar al negocio y una de esas veces se llevaron su tableta donde hacía su trabajo y tenía fotos especiales. 

Una vista de la florería Angel’s Flowers.

“Le agradezco a la gente que siempre, siempre han estado apoyando”, dijo Calderón. “Nos donaron dinero y una persona me regaló una tableta también”. 

De acuerdo con Calderón, una de las claves en poder sostener un negocio cuando uno empieza es invertir las ganancias en el negocio en vez de gastar en uno mismo que se puede sentir muy emocionante cuando empieza un negocio. 

Aunque el viaje de abrir su propia florería fue largo, Calderón se siente muy agradecida de poder seguir trabajando junto a su familia y está orgullosa de lo que han podido hacer como familia. 

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