5 medicamentos de uso común podrían tener el mismo efecto de Ozempic

Semaglutida y otros fármacos podrían ralentizar el envejecimiento. Estudios sugieren beneficios para enfermedades crónicas, prolongando la vida y la salud

Ozempic

Estados Unidos es uno de los principales consumidores de estos medicamentos.  Crédito: Shutterstock | Shutterstock

La conferencia de la Sociedad Europea de Cardiología abrió nuevas perspectivas sobre el uso de la semaglutida, una inyección originalmente diseñada como supresora del apetito. Este medicamento, conocido por su eficacia en el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2, podría tener un impacto significativo en la longevidad humana, sugiriendo que podría retrasar el envejecimiento y, por ende, ayudar a las personas a vivir más tiempo. Aunque aún es temprano para afirmaciones concluyentes, las investigaciones preliminares señalan que este tratamiento podría frenar el envejecimiento y, con ello, ralentizar el desarrollo de enfermedades crónicas comunes en la vejez.

La semaglutida no es solo un fármaco prometedor para la pérdida de peso; sus potenciales beneficios parecen extenderse a otras condiciones médicas importantes. Algunos estudios sugieren que podría mejorar la insuficiencia cardíaca, prevenir el Alzheimer, controlar la artritis y reducir el riesgo de cáncer. David Weinkove, presidente de la Sociedad Británica de Investigación sobre el Envejecimiento, asegura que la reducción en la ingesta calórica puede aumentar la esperanza de vida en modelos animales, lo cual respalda la hipótesis de que fármacos como la semaglutida podrían tener un impacto positivo en la longevidad humana.

La idea de que medicamentos comunes pueden influir en el proceso de envejecimiento no es nueva, y la semaglutida podría ser uno de varios fármacos que desempeñen un papel en la prolongación de la vida. El envejecimiento está asociado con varios procesos biológicos, como la inflamación crónica, las mutaciones genéticas y el daño celular causado por el estrés oxidativo. El enfoque de los científicos es claro: si se logran frenar estos procesos, se podría retardar la aparición de enfermedades propias de la vejez.

Además de la semaglutida, otros fármacos, muchos de los cuales están ya disponibles y accesibles, están siendo investigados por sus posibles efectos sobre la longevidad. Las estatinas, por ejemplo, un medicamento ampliamente utilizado para reducir el colesterol y prevenir ataques cardíacos, han demostrado en estudios clínicos ser eficaces en la reducción del riesgo de muerte prematura. En pacientes con enfermedades cardíacas, las estatinas pueden prolongar la vida hasta un año, y algunos estudios sugieren que también podrían proteger contra el Alzheimer.

Otro medicamento prometedor es la metformina, utilizada desde hace más de seis décadas para tratar la diabetes tipo 2. Estudios observacionales han mostrado que las personas diabéticas que toman metformina tienden a vivir más que aquellas que no la usan, incluso cuando se comparan con personas sin diabetes. Esto se atribuye a su capacidad para reducir la inflamación, una característica clave del envejecimiento.

Sin embargo, la metformina no es la única opción en esta búsqueda por combatir los efectos del envejecimiento. Tadalafil, más conocido por su nombre comercial Cialis, utilizado para tratar la disfunción eréctil, ha mostrado beneficios adicionales que podrían mejorar la salud general en hombres mayores de 50 años. Este fármaco mejora el flujo sanguíneo, lo que no solo favorece la función eréctil, sino que también podría reducir el riesgo de ataques cardíacos y demencia.

Asimismo, algunos antiinflamatorios no esteroides, como el naproxeno, utilizado comúnmente para tratar la artritis, han sido asociados en estudios recientes con una vida más larga. Al reducir la inflamación crónica, estos medicamentos podrían retrasar el envejecimiento y, por ende, disminuir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer y ciertos tipos de cáncer. Aunque los resultados son prometedores, aún es necesario realizar más investigaciones para confirmar estos hallazgos.

Por otro lado, la rapamicina, un inmunosupresor administrado en pacientes trasplantados, ha captado la atención por sus posibles efectos sobre la longevidad. Estudios en animales han mostrado que este fármaco puede prolongar la vida y mejorar la salud de los órganos, posiblemente mediante la desactivación de una proteína llamada mTOR, que regula el crecimiento celular y el metabolismo. Si bien se necesita más investigación para entender completamente cómo funciona en humanos, los resultados preliminares son alentadores.

La ciencia está cada vez más cerca de encontrar formas de frenar el envejecimiento y prolongar la vida saludable. Fármacos como la semaglutida, las estatinas, la metformina, y otros medicamentos accesibles, podrían ser clave en este proceso. No obstante, los expertos advierten que aún es necesario realizar ensayos clínicos a gran escala para validar estos resultados y asegurar que estos tratamientos sean seguros para el uso a largo plazo en personas sanas.

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