Un fármaco a base de oro ralentiza el crecimiento de tumores cancerosos: de qué se trata
Científicos desarrollan fármaco a base de oro, 27 veces más efectivo que el cisplatino, menos tóxico y con resultados prometedores contra otros tipos de cáncer
Un equipo internacional de investigadores ha dado un paso crucial en la lucha contra el cáncer al desarrollar un nuevo fármaco basado en compuestos de oro. Este innovador tratamiento ha mostrado resultados prometedores en estudios preclínicos, superando ampliamente los efectos de los tratamientos tradicionales como el cisplatino. La investigación, liderada por expertos de la Universidad RMIT de Australia en colaboración con instituciones de la India, fue publicada en el European Journal of Medicinal Chemistry.
El compuesto de oro, diseñado específicamente para ser reactivo y biológicamente activo, ha demostrado ser 27 veces más potente contra células de cáncer de cuello uterino que el cisplatino, uno de los fármacos de quimioterapia más utilizados. Además, los ensayos en laboratorio confirmaron que este fármaco es 3,5 veces más efectivo contra el cáncer de próstata y 7,5 veces más eficaz frente al fibrosarcoma.
En pruebas con ratones, los resultados fueron aún más impresionantes. Mientras que el cisplatino logró una reducción del 29% en el crecimiento del tumor de cáncer de cuello uterino, el compuesto de oro alcanzó una reducción del 82%. Estos hallazgos marcan un avance significativo hacia el desarrollo de alternativas más seguras y efectivas a las terapias convencionales basadas en platino.
El profesor Suresh Bhargava, director del proyecto en RMIT, destacó que las propiedades únicas del oro lo hacen ideal para aplicaciones médicas. A diferencia de muchos metales, el oro es estable y no reacciona químicamente, lo que lo hace seguro para su uso en el cuerpo humano. Sin embargo, el compuesto desarrollado en este estudio incorpora una versión modificada que interactúa específicamente con la enzima tiorredoxina reductasa, presente en altas concentraciones en células cancerosas. Esta interacción bloquea la multiplicación de las células malignas e impide que desarrollen resistencia a los medicamentos.
Bhargava subrayó que esta selectividad minimiza los efectos secundarios típicos de los tratamientos con cisplatino, que afectan tanto a células cancerosas como a células sanas. “El nuevo compuesto no solo es más efectivo, sino también considerablemente menos tóxico para el paciente”, explicó.
Otro avance significativo de este tratamiento es su capacidad para inhibir la angiogénesis, el proceso mediante el cual los tumores generan nuevos vasos sanguíneos para nutrirse y crecer. Esta acción dual fue probada en modelos de pez cebra y ha demostrado ser efectiva contra diversos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de ovario. Este último representa un desafío particular debido a su tendencia a desarrollar resistencia a terapias convencionales como el cisplatino.
La profesora Magdalena Plebanski, codirectora del proyecto y experta en el Laboratorio de Cáncer, Envejecimiento y Vacunas de RMIT, señaló que la eficacia del compuesto contra células de cáncer ovárico resistentes es un paso crucial en la lucha contra las metástasis y los casos recurrentes.
El uso del oro en medicina no es nuevo; sus propiedades curativas han sido valoradas durante siglos en prácticas como la ayurvédica. Sin embargo, la investigación moderna está llevando este conocimiento ancestral a nuevas alturas científicas. Fármacos como la auranofina, inicialmente desarrollada para tratar la artritis, están siendo reorientados para combatir el cáncer en ensayos clínicos.
Bhargava señaló que el potencial del oro en la medicina moderna está lejos de haberse agotado. “Nuestra investigación no solo valida científicamente el uso del oro, sino que también abre la puerta a nuevas familias de compuestos diseñados para maximizar su capacidad terapéutica”, comentó.
Con estos resultados alentadores, el equipo de investigación espera avanzar hacia ensayos clínicos en humanos, lo que podría transformar el panorama del tratamiento oncológico en los próximos años. Si bien aún queda trabajo por hacer, este desarrollo promete revolucionar la forma en que se enfrentan algunos de los tipos de cáncer más desafiantes.
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