Científicos buscan cómo funciona la autoestima en nuestro cerebro

La utoestima individual influye en respuestas neuronales durante interacciones sociales, según un estudio que analiza su impacto en la corteza prefrontal medial

Los hábitos tóxicos del hogar puede dañar el autoestima y provocar energía negativa.

Los hábitos tóxicos del hogar puede dañar el autoestima y provocar energía negativa. Crédito: Shutterstock

La autoestima, definida como la percepción subjetiva que cada individuo tiene sobre su propio valor personal, ha sido objeto de intenso estudio por parte de neurocientíficos y psicólogos.

Aunque se han identificado ciertas regiones cerebrales asociadas con la autoestima, persisten incógnitas sobre cómo esta influye en las respuestas neuronales durante interacciones sociales significativas.

Investigadores de la Universidad de Oregón han abordado esta cuestión en un reciente estudio publicado en Communications Psychology, revelando cómo las diferencias individuales en la autoestima modulan respuestas cerebrales específicas en los demás durante situaciones sociales.

El fenómeno conocido como “efecto de autorrecapitulación” ha sido un foco importante de investigaciones recientes. Este efecto describe cómo las representaciones neuronales del “yo” se reflejan en los cerebros de las personas con las que interactuamos. Sin embargo, hasta ahora, era incierto cómo la autoestima podía influir en estos procesos.

Para profundizar en esta relación, los investigadores, liderados por Moriah S. Stendel y Taylor D. Guthrie, llevaron a cabo un estudio con 107 participantes divididos en 19 grupos. Los participantes completaron dos sesiones experimentales distintas.

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En la primera, se les pidió responder cuestionarios diseñados para medir su autoestima subjetiva. En la segunda, se sometieron a escaneos de resonancia magnética funcional (fMRI) mientras realizaban tareas de evaluación de rasgos. Durante estas tareas, evaluaron sus propios rasgos, los de un “estadounidense promedio” y calificaron cómo ciertos adjetivos describían a sus compañeros de grupo.

Los resultados confirmaron la existencia del efecto de autorrecapitulación, reproduciendo hallazgos previos con una muestra casi diez veces mayor que la utilizada en estudios anteriores. Además, los datos revelaron que las diferencias individuales en la autoestima influían directamente en las respuestas neuronales observadas dentro de la corteza prefrontal medial, una región del cerebro relacionada con el procesamiento evaluativo autorreferencial y la cognición social.

Los hallazgos sugieren que las personas con mayor autoestima tienden a tener autoevaluaciones más distanciadas psicológicamente de las evaluaciones que hacen de otros. Esto indica que la autoestima podría desempeñar un papel crucial en cómo los individuos procesan información sobre sí mismos y los demás en contextos sociales.

La corteza prefrontal medial, en particular, parece actuar como un mediador clave en este proceso, adaptando las respuestas neuronales de acuerdo con el nivel de autoestima del individuo.

Esta investigación no solo amplía la comprensión de los mecanismos neuronales asociados a la autoestima, sino que también abre nuevas posibilidades para avanzar en los modelos teóricos de la psicología social y la neurociencia.

Por ejemplo, al explorar cómo la autoestima modula la percepción interpersonal, se podría mejorar la intervención en trastornos relacionados con una autoestima baja, como la depresión o la ansiedad social.

A medida que se profundiza en este campo, estos descubrimientos podrían tener implicaciones prácticas significativas, desde la mejora de terapias psicológicas hasta el diseño de programas educativos centrados en el desarrollo de la autoestima.

Al vincular los procesos neuronales con interacciones sociales, el estudio destaca la compleja relación entre la percepción individual y el contexto social, subrayando la importancia de comprender las bases neuronales de la autoestima para futuras investigaciones y aplicaciones clínicas.

El trabajo realizado por Stendel, Guthrie y sus colegas representa un paso significativo hacia la comprensión de cómo la autoestima moldea no solo las percepciones individuales, sino también las respuestas cerebrales de las personas con las que interactuamos.

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