Qué espera la industria farmacéutica con la política de salud de Trump
El futuro de la industria farmacéutica en Estados Unidos bajo la administración Trump genera expectativas de reformas favorables para las empresas,
Entre los objetivos de las farmacéuticas está la revisión de ciertas disposiciones de la IRA, como las negociaciones de precios de medicamentos por parte de Medicare. Crédito: sakurai5 | Shutterstock
La industria farmacéutica espera cambios significativos en las políticas de atención médica del nuevo presidente Donald Trump, especialmente después de las tensiones que marcaron la administración Biden.
Durante este periodo, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) impuso controles más estrictos sobre los precios de los medicamentos, una medida ampliamente criticada por las farmacéuticas que la ven como una amenaza a la innovación y la rentabilidad.
Trump aún no ha delineado una estrategia clara en materia de salud, pero ha señalado que la reducción de costos será una prioridad. Durante su mandato anterior, el expresidente mostró interés en eliminar intermediarios como los administradores de beneficios farmacéuticos (PBM), acusados de inflar precios y no trasladar los ahorros a los pacientes.
La industria confía en que la administración se incline hacia un enfoque proempresarial que promueva la transparencia en el sector y fomente el acceso a tratamientos.
La reciente Conferencia sobre Atención Sanitaria organizada por JPMorgan en San Francisco reflejó el optimismo de los líderes del sector ante las posibles reformas. Stephen Ubl, director ejecutivo de la Asociación de Investigación y Fabricantes Farmacéuticos de América (PhRMA), destacó la necesidad de revisar el modelo de los PBM y garantizar que los descuentos lleguen directamente a los consumidores.
Según Ubl, estos intermediarios incentivan el uso de medicamentos más caros, dejando de lado opciones más económicas como los genéricos y biosimilares. También propuso aumentar la transparencia en torno a las prácticas de las empresas que gestionan los beneficios farmacéuticos.
Por otro lado, la figura de Robert F. Kennedy Jr., designado por Trump para liderar el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), genera preocupación. Kennedy es conocido por su postura crítica hacia las vacunas, un tema que podría influir negativamente en las tasas de inmunización en el país.
La aceptación de vacunas
Albert Bourla, director general de Pfizer, advirtió que una disminución en la aceptación de vacunas podría derivar en epidemias evitables y perjudicar la salud pública. Sin embargo, Bourla destacó la disposición de la industria para colaborar con la administración en otras áreas, como la lucha contra el cáncer.
Entre los objetivos de las farmacéuticas está la revisión de ciertas disposiciones de la IRA, como las negociaciones de precios de medicamentos por parte de Medicare. Aunque populares entre los estadounidenses, estas medidas han sido cuestionadas por las compañías, que argumentan que pueden desincentivar la inversión en nuevos tratamientos.
En particular, Eli Lilly ha señalado que la ley favorece a los productos biológicos en detrimento de los medicamentos en píldora, lo que podría limitar el desarrollo de opciones más accesibles para los pacientes.
Aunque el optimismo predomina en el sector, las compañías farmacéuticas enfrentan desafíos significativos, incluyendo litigios pendientes sobre la IRA y la necesidad de generar consenso en un Congreso dividido. Expertos advierten que desmantelar las políticas sanitarias de Biden requerirá maniobras legislativas complejas y podría enfrentar resistencia en una sociedad cada vez más crítica de los altos costos de la atención médica.
El camino hacia un sistema de salud más eficiente y accesible dependerá de la capacidad de colaboración entre el gobierno, las farmacéuticas y otros actores del sector, un desafío que definirá la trayectoria del país en los próximos años.
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