Equipo de nutrición asegura que los adolescentes no deberían tomar cafeina
Un panel de expertos recomienda que adolescentes eviten la cafeína por completo, debido a sus efectos negativos en el desarrollo neurológico y la salud general
Las bebidas con cafeína han invadido el mercado adolescente, con casi una cuarta parte de ellos consumiéndolas a diario. Sin embargo, un nuevo informe elaborado por un panel de expertos en nutrición alerta sobre los riesgos de este hábito y recomienda que los jóvenes eviten completamente la cafeína. Las directrices, publicadas por Healthy Eating Research y respaldadas por diversas instituciones médicas y pediátricas, enfatizan que el consumo de esta sustancia puede afectar el desarrollo neurológico y la salud en general de los menores de 18 años.
La recomendación es clara: los adolescentes deberían optar exclusivamente por agua y leche natural, mientras que el consumo de jugos naturales y leches vegetales debe ser limitado. Las bebidas azucaradas, aquellas con edulcorantes artificiales y cualquier producto con cafeína deben ser completamente evitados. A pesar de que no existen regulaciones federales en EE.UU. que determinen un límite seguro de cafeína para menores, los expertos advierten que sus efectos pueden ser nocivos, causando problemas de sueño, ansiedad, aumento de la presión arterial y hasta dependencia.
El problema radica en la facilidad con la que los adolescentes pueden acceder a bebidas con altos niveles de cafeína. Mientras que una taza de café contiene entre 80 y 200 miligramos de cafeína, algunas bebidas energéticas superan los 300 miligramos, una cantidad riesgosa incluso para los adultos. Además, la cafeína no solo se encuentra en bebidas obvias como el café o los energizantes, sino también en productos menos evidentes como refrescos, barras de chocolate, algunos chicles y hasta helados con ingredientes estimulantes.
Los efectos negativos del consumo de cafeína en adolescentes son variados. Desde síntomas leves como temblores, insomnio y dolores de cabeza, hasta problemas más serios como deshidratación, aumento del ritmo cardíaco y ansiedad. La abstinencia de la cafeína también puede ser problemática, provocando dolores de cabeza y fatiga en quienes han desarrollado dependencia. Los especialistas subrayan que el cerebro de los adolescentes todavía está en desarrollo y que la formación de hábitos en esta etapa puede repercutir en la salud a largo plazo.
A pesar de las advertencias, muchos adolescentes siguen consumiendo cafeína sin ser plenamente conscientes de los riesgos. En parte, esto se debe a la falta de etiquetado claro en muchos productos, lo que dificulta que los consumidores sepan exactamente cuánta cafeína están ingiriendo. Un ejemplo notorio es el caso de la “Charged Lemonade” de Panera, una bebida que fue retirada del mercado en 2024 después de varias demandas que alegaban que su alto contenido de cafeína causó problemas de salud en personas que desconocían sus efectos.
Los expertos coinciden en que la mejor opción es evitar la cafeína por completo. La Academia Estadounidense de Pediatría ya ha señalado que lo ideal es que los niños y adolescentes no consuman ninguna cantidad de esta sustancia. Médicos pediatras como Gina Posner advierten que una vez que los adolescentes reciben permiso para consumir cafeína, es probable que lo hagan en grandes cantidades sin medir las consecuencias. Las bebidas energéticas, en particular, son motivo de gran preocupación, ya que han sido vinculadas a incidentes graves de salud, incluyendo muertes en jóvenes que las consumieron en exceso.
Sin embargo, algunos expertos consideran que no es necesario alarmarse si un adolescente consume cafeína ocasionalmente en pequeñas cantidades. Una taza de café o una lata de refresco con niveles moderados de cafeína pueden no representar un problema significativo, siempre y cuando el consumo no se convierta en un hábito. La clave, insisten los especialistas, está en evitar el exceso y en ser conscientes de los riesgos asociados con los productos que contienen altas dosis de esta sustancia.
El informe finaliza haciendo un llamado a los padres y cuidadores para que estén atentos a los hábitos de consumo de sus hijos y les eduquen sobre los riesgos de la cafeína. Con la proliferación de productos estimulantes en el mercado y el marketing dirigido a los jóvenes, es fundamental generar conciencia sobre los efectos negativos de esta sustancia y fomentar opciones de hidratación más saludables para garantizar un desarrollo óptimo en la adolescencia.
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