3 alimentos que no debes cocinar en una freidora de aire: podrías intoxicarte
En algunas preparaciones, y por muy valiosa que parezca la freidora de aire, es recomendable que continúes con los utensilios convencionales
Aunque parezca efectivo y práctico, introducir un pollo entero en la freidora de aire no es buena idea. Crédito: Sweet Marshmallow | Shutterstock
Aunque las freidoras de aire son prácticas, rápidas y reducen el uso de aceite, no todo se puede preparar ahí. Hay ciertos alimentos que, por su textura o necesidad de cocción profunda, no deberían entrar nunca en una air fryer.
El problema radica en que pueden cocinarse de forma incorrecta, dejando espacios crudos y generar riesgos para la salud, como intoxicaciones alimentarias. Asimismo, podrías obtener una consistencia no deseada.
En algunas preparaciones, y por muy valiosa que parezca la freidora de aire, es recomendable que continúes con los utensilios convencionales: sartén, olla, horno, etc.
3 alimentos que jamás debes poner en la freidora de aire
1. Pollo entero
Meter un pollo entero a la freidora de aire puede parecer una gran idea… hasta que lo cortas y descubres que está crudo por dentro. La cocción desigual es uno de los mayores riesgos en este caso.
Aunque la piel se dore por fuera, el centro puede no alcanzar la temperatura necesaria para eliminar bacterias como la Salmonella.
Además, el rebozado típico del pollo frito, al tener una masa húmeda, tiende a quedar mal cocido y nada crujiente. Para preparaciones seguras y sabrosas, el horno o una olla son mucho más efectivos.
2. Granos finos como arroz y quinoa
Los granos como el arroz o la quinoa necesitan humedad constante para cocinarse bien. En una freidora de aire, el calor circula pero no hay líquido, lo que provoca una cocción dispareja y textura desagradable.
Lo mejor es usar una olla, una arrocera o incluso el microondas, que permiten controlar el agua y la temperatura de manera más eficiente.
3. Queso
Aunque suene tentador, meter queso directamente en una freidora de aire suele terminar mal. En lugar de fundirse de forma uniforme, se derrite descontroladamente, formando una masa pegajosa y difícil de limpiar.
Si quieres disfrutar de un buen queso fundido, lo más seguro es usar el horno o una sartén, donde puedes controlar mejor el calor y evitar que se convierta en un problema.
Para evitar problemas de salud o accidentes en la cocina, conviene conocer qué alimentos no son aptos para este método de cocción. Elegir bien el tipo de preparación puede marcar la diferencia entre un plato delicioso y un riesgo innecesario.
