Tesla Model Y: ¿Es el SUV de 6 plazas que decepciona?
Aunque la firma de Elon Musk lo promociona como una opción familiar, las primeras pruebas muestran que la tercera fila de asientos es su mayor debilidad

Tesla Model Y. Crédito: Tesla. Crédito: Cortesía
La llegada de una nueva versión de Tesla siempre despierta expectativas, sobre todo en China, el mercado más grande y competitivo del mundo para los autos eléctricos. Allí, cada nuevo lanzamiento se analiza con lupa y se compara de inmediato con las opciones que dominan el mercado local.
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Por eso, cuando Tesla anunció el Model Y L de seis plazas, muchos imaginaron que sería la jugada perfecta para seducir al público familiar que demanda espacio y confort.
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El anuncio se hizo el 19 de agosto, con gran cobertura mediática, y las primeras entregas están programadas para septiembre de 2025. El precio base quedó fijado en $40,420 dólares, una cifra alineada con lo que se esperaba de la marca, que acostumbra posicionar sus modelos como opciones premium frente a la competencia china.
Sin embargo, apenas unas semanas después de su presentación, los comentarios de expertos y potenciales clientes han puesto en duda que este SUV pueda estar a la altura del desafío.
El mercado chino: una prueba de fuego para Tesla
China no es un territorio sencillo para Tesla. Aunque la firma de Elon Musk fue pionera en popularizar el auto eléctrico en Occidente, en el gigante asiático se enfrenta a rivales que conocen mejor las preferencias de los consumidores locales.
Marcas como Li Auto, Onvo o BYD han comprendido que las familias chinas valoran tanto la eficiencia energética como el confort de los pasajeros en trayectos largos.
En este contexto, el Tesla Model Y L se presentó como una alternativa directa a modelos como el Onvo L90 o el Li Auto L8, ambos caracterizados por ofrecer configuraciones de seis o siete plazas con amplio espacio interior.
Tesla, consciente de esta tendencia, decidió alargar su popular Model Y para crear un SUV con una configuración “2+2+2”. La idea parecía acertada, pero la ejecución ha dejado más dudas que certezas.
Una propuesta técnica sólida sobre el papel
Si se observan únicamente las especificaciones, el Model Y L ofrece cifras atractivas. Cuenta con tracción total, suspensión ajustable y una autonomía declarada de 751 kilómetros bajo el ciclo chino CLTC, lo que lo sitúa entre los SUV eléctricos con mayor rango del mercado. Además, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, un desempeño que mantiene la esencia deportiva de Tesla.
Para lograr el nuevo formato de seis plazas, la compañía incrementó la distancia entre ejes en 150 milímetros y elevó la carrocería en 44 milímetros respecto al Model Y tradicional. Con ello, se esperaba que el espacio interior fuera suficiente para las familias que requieren tres filas de asientos.

La segunda fila, con dos butacas individuales, ha recibido elogios por sus prestaciones: calefacción, ventilación, reposabrazos eléctricos y hasta altavoces integrados. En este punto, Tesla parece haber entendido lo que busca el público familiar. El problema surge al llegar a la tercera fila.
La polémica tercera fila del Tesla Model Y
La tercera fila del Model Y L se ha convertido en el centro de la controversia. Lo que debía ser su principal atractivo terminó siendo el aspecto más criticado.
El medio especializado EV Insights visitó una unidad expuesta en una Tesla Store de Tianhuan Plaza y no dudó en calificar la experiencia como “pésima”. El acceso a los asientos traseros está condicionado por un saliente central de unos 100 milímetros, lo que dificulta la entrada y salida de los pasajeros.
Una vez dentro, la situación no mejora demasiado. Para un adulto de 1,70 metros de altura, el espacio para las piernas resulta apenas aceptable, y la única opción es extender un pie hacia el pasillo central.
La silueta tipo coupé del vehículo agrava el problema: la altura disponible para la cabeza es mínima, con apenas un puño de distancia frente a la luneta trasera, lo que aumenta el riesgo de golpes en trayectos con irregularidades.
Pero lo que más ha molestado a los analistas es la falta de soporte para los muslos. Los asientos han sido descritos como “pequeños bancos”, incómodos para recorridos largos y útiles solo en casos de emergencia.
A esto se suma la gran superficie acristalada del área posterior, que genera dudas sobre la exposición al sol y al calor. Algunos clientes incluso lo compararon con “viajar en un descapotable”.
Capacidad de carga limitada
Otro punto crítico es el maletero. Con las tres filas desplegadas, la capacidad de carga se reduce a un nivel poco práctico: apenas entran tres mochilas.
Tesla intentó compensar con soluciones adicionales, como un compartimento bajo el piso del maletero y un frunk delantero de 116 litros, pero en conjunto no resulta suficiente para familias que suelen viajar con equipaje voluminoso.

Este es un aspecto en el que los competidores chinos llevan ventaja. Modelos como el Li Auto L8 ofrecen espacios de carga más generosos y configuraciones que priorizan la comodidad de los pasajeros en la tercera fila, sin comprometer tanto la capacidad de equipaje.
Diseño vs. funcionalidad
La conclusión de la mayoría de expertos es que Tesla sacrificó funcionalidad en favor de mantener la estética coupé de su SUV. El diseño elegante del Model Y, que ha sido uno de los factores de su éxito comercial, se convirtió en un obstáculo cuando se intentó alargar el modelo para añadir una tercera fila.
En consecuencia, aunque el Tesla Model Y L cumple con el requisito de ofrecer seis asientos, no logra competir en igualdad de condiciones con las propuestas chinas, que fueron concebidas desde cero como vehículos familiares de gran tamaño.
El mercado chino muestra una clara tendencia: las familias están dispuestas a invertir en vehículos amplios, cómodos y versátiles. Tesla intentó responder con una adaptación de su modelo más vendido, pero la estrategia parece haber quedado corta frente a rivales que ofrecen soluciones más coherentes.
El Onvo L90, por ejemplo, fue diseñado específicamente para ofrecer espacio en cada fila, con configuraciones 2+2+2 o 2+3+2 que facilitan el acceso y la comodidad.
El Li Auto L8 refuerza esa propuesta con una mayor capacidad de maletero y sistemas de entretenimiento en las filas traseras. Frente a ellos, el Model Y L da la impresión de ser una adaptación apresurada, más que un producto diseñado desde cero para el público familiar.

Lo que sí funciona en el Tesla Model Y L
No todo es negativo. Tesla sigue destacando en aspectos como la conectividad, la conducción autónoma y el ecosistema de carga rápida que ha construido a nivel global.
Para los clientes que priorizan la autonomía y el desempeño, el Model Y L conserva el ADN de la marca y se mantiene competitivo.
Sin embargo, estos elementos no parecen suficientes para compensar la decepción que genera la tercera fila. En un mercado tan exigente como el chino, los detalles de confort pueden ser decisivos al momento de elegir entre un Tesla y un rival local.
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