Liberan a Elvira Arellano

La activista pro inmigrantes se había entregado en la frontera

Elvira Arellano, la madre mexicana que pasó un año refugiada en una iglesia de Chicago antes de ser deportada en agosto 2007 y en el proceso se convirtió en voz de millones de indocumentados, fue liberada ayer en San Diego, dos días después de haberse entregado a las autoridades migratorias.

Arellano tendrá una audiencia con un juez de migración el próximo mes de abril.

Arellano se entregó el martes en la Garita de Otay, frontera de California con México, junto con otras mamás y niños para presionar al gobierno federal y al Congreso a poner como prioridad la reforma migratoria y la reunificación de familias. La activista cruzó junto a su hijo Saúl de 15 años, que es ciudadano estadounidense y su bebé Emiliano, de cuatro meses.

Elvira presentó documentos solicitando un permiso humanitario para volver a Estados Unidos, alegando que su deportación representó en la práctica la deportación de su hijo Saúl, nacido en Chicago y para el que ella ha sido “padre y madre”.

Arellano, que fuera nombrada “Persona del Año” por la revista TIME en 2006, reconoció que una vez que fue detenida, sentía miedo de no poder reencontrarse con sus seres queridos.

La activista y defensora de los derechos humanos confesó que “tenía miedo que me enviaran a prisión federal porque tenía una deportación previa”.

De las madres que entraron con Elvira, sólo otra, Mónica Mejía, fue también liberada. Las demás permanecen detenidas, según un comunicado de NIYA, la Alianza Nacional de Jóvenes Indocumentados.

Los que cruzaron este martes, más de 30 personas, completan un grupo de más de 150 que comenzó a entregarse el lunes de la semana pasada, pidiendo el regreso de personas deportadas o que se fueron, luego de vivir en Estados Unidos durante años.

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