Nicolás Maduro profundiza la represión en Venezuela (video)

Hubo una nueva ola de arrestos masivos antes de la llegada de una misión de la Unasur, que intentará salvar las negociaciones

Una manifestante es detenida por miembros de la Guardia Nacional Bolivariana en Caracas.

Una manifestante es detenida por miembros de la Guardia Nacional Bolivariana en Caracas. Crédito: EFE

Caracas – Los tres cancilleres de la Unasur inician este jueves en Caracas la tercera ronda de mediación en el peor momento posible: con el diálogo congelado por la oposición y tras una nueva jornada de detenciones masivas y arbitrarias contra los estudiantes.

Poco importó que Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), denunciara anteayer que el principal escollo para continuar las negociaciones fuera la represión contra los jóvenes. Un gigantesco dispositivo militar recibió el miércoles cerca de la sede de la ONU a cientos de jóvenes, convocados por el Movimiento Estudiantil para exigir la liberación de sus compañeros presos

“La calle no calla, ¡seguimos en batalla!”, corearon durante su camino. Las primeras refriegas facilitaron el trabajo de los guardias nacionales, que emplearon su habitual violencia para detener a varias decenas de ellos, cerca de un centenar, según distintas fuentes no oficiales. La gran mayoría de forma indiscriminada, tal y como han denunciado las ONG desde que, hace más de tres meses, comenzaran las protestas.

Esposados contra el suelo, ahogados por los gases, agrupados y cercados por los militares, los jóvenes fueron trasladados a la fuerza en colectivos, motos y camionetas hasta distintos centros de detención. Algunos vecinos de la zona, de tendencia opositora, exigieron en las calles su libertad, incluso enfrentándose sin éxito con las fuerzas del orden.

Cuatro periodistas y reporteros gráficos también fueron maltratados por la Guardia Nacional. Las imágenes circularon a toda velocidad por las redes sociales y provocaron el repudio de una buena parte del país.

Detenciones que apuntalaron, aún más si cabe, la decisión hecha pública el martes por Aveledo. “Viendo cómo están las cosas, creo que debe incluirse el nombre de Nicolás Maduro entre los presos políticos que deben ser liberados inmediatamente”, ironizó el miércoles Henry Ramos, líder de Acción Democrática, en clara referencia a los constantes torpedos lanzados contra el diálogo desde el bando radical de la revolución.

El presidente Maduro contestó a la oposición en su programa de radio: “No me voy a parar de la mesa del diálogo, espero que ellos tampoco lo hagan”.

El “hijo de Chávez” encendió el ventilador de la conspiranoia para acusar al “Imperio” y a factores radicales externos e internos de “estar presionando a la MUD”. Maduro sorprendió incluyendo a la actriz María Conchita Alonso entre las personalidades que estarían presionando a los factores moderados de la oposición.

En este clima de hostilidades, paisaje político habitual de Venezuela en la última década, regresan a Caracas los cancilleres María Ángela Holguín, de Colombia; Luiz Alberto Figueiredo, de Brasil, y Ricardo Patiño, de Ecuador.

Una comisión de la MUD, encabezada por Aveledo y con presencia del propio Ramos, tiene previsto reunirse con los ministros y con el nuncio apostólico para informarles del estado del diálogo.

Nadie en la Santa Sede ha confirmado el anuncio de Maduro, que insistió en que Pietro Parolin, mano derecha del papa Francisco, también llegaría este jueves a Venezuela para sumarse al diálogo. El secretario de Estado vaticano ultima la agenda del viaje papal a Tierra Santa, previsto para fines de este mes.

“Estamos esperando si por fin vienen los cancilleres o no. Si llegan nos vamos a reunir con ellos para informarles lo que ha estado pasando con la falta de cumplimiento de acuerdos por el gobierno y que los cancilleres vean si pueden desatrancar esto”, anunció Roberto Enríquez, presidente de Copei y uno de los elegidos para participar en la reunión.

La MUD destacó los obstáculos puestos desde el chavismo a la medida humanitaria a favor del comisario Iván Simonovis, preso político emblemático para la revolución; a la liberación de los 160 manifestantes que permanecen privados de libertad y a la conformación de una Comisión de la Verdad bajo cánones habituales en otros lugares del planeta.

El diálogo, que comenzó el 10 de abril, sirvió durante cinco semanas a Maduro para ganar tiempo y algo de oxígeno en medio del vendaval económico que se abate sobre Venezuela. El chavismo también lo ha utilizado para echar nafta al fuego de las diferencias internas entre moderados y radicales en la MUD.

Por otra parte, el gobierno venezolano autorizó al diario El Universal la adquisición de las divisas para la nacionalización de las 600 toneladas de papel que necesitaba para seguir saliendo. El diario, que tenía papel para salir hasta el domingo, anunció que seguirá tomando medidas de ahorro en sus ediciones.

“El Universal recibió autorización (…) para adquirir las divisas requeridas a fin de nacionalizar las 600 toneladas de papel periódico, propiedad del diario, que habían llegado al país en enero pasado”, indicó el diario en su edición del miércoles.

En los últimos meses, varios diarios denunciaron dificultades para acceder a las divisas para comprar papel debido al retraso en la aprobación oficial de los recursos, una situación que ha llevado a algunos a reducir el número de páginas y a 13 de ellos incluso a suspender la circulación.

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