El poder detrás del poder

Se hace necesario en el Congreso paraguayo obtener mayoría de bancas

Operarios cargaban ayer en la sede del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) los 1,951 maletines con útiles electorales  para las elecciones generales de hoy en Paraguay.

Operarios cargaban ayer en la sede del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) los 1,951 maletines con útiles electorales para las elecciones generales de hoy en Paraguay. Crédito: EFE

ASUNCION, Paraguay.— Los dos partidos tradicionales y derechistas con mayores posibilidades de ganar hoy domingo la presidencia de Paraguay tienen un segundo objetivo electoral: obtener la mayor cantidad posible de bancas en diputados y senadores para no repetir la historia del anterior presidente Fernando Lugo quien gobernó sin apoyo parlamentario hasta su destitución por el Senado.

En Paraguay, el Congreso es el poder detrás del poder. Lugo lo sabe, por eso pugnará por convertirse hoy domingo en senador.

Unos 3.5 millones de paraguayos acudirán a las urnas para designar no solo mandatario y vicepresidente sino, además, 45 senadores, 80 diputados, 18 parlamentarios del Mercosur y 17 gobernadores departamentales.

“El ideal es tener mayoría propia en cada una de las cámaras para que el presidente electo lleve adelante con comodidad sus programas pero la realidad es diferente, entonces los partidos populares con más de cien años de vida como el Liberal y el Colorado buscarán meter el mayor número posible de legisladores”, dijo el diputado liberal Elvis Balbuena en entrevista con The Associated Press.

Recordó que Lugo “como presidente creyó que todavía era obispo católico y que todos nosotros, los legisladores, éramos sus obedientes fieles. Su formación clerical no le sirvió porque no supo negociar, no entendió nunca que en política se construyen alianzas, coaliciones y concertaciones buscando el bien común”.

Actualmente, en senadores el opositor Partido Colorado cuenta con 15 bancas, el Liberal 14, partido Unace del fallecido general Lino César Oviedo 9, Patria Querida 4 y los de centro izquierda adherentes de Lugo País Solidario y Democrático Progresista uno cada uno, y el izquierdista Tekojojá sólo uno.

Las últimas encuestas de preferencia de votos para el Senado indicaron que los colorados obtendrían 16 curules y los liberales 15. El resto de las bancas se repartirá entre las demás agrupaciones políticas.

En diputados, los colorados cuentan con 34 lugares, liberales 29, Unace con 11, Patria Querida 4 y dos bancas para los partidos de centroizquierda leales a Lugo Democrático Progresista y de Participación Ciudadana, cada uno con un curul.

Las encuestas señalaron que los partidos mayoritarios mantendrían la misma cantidad de bancas.

El presidenciable Horacio Cartes del opositor Partido Colorado, que busca recuperar el poder perdido en 2008 ante Lugo, pidió a sus partidarios en su último mitin: “El domingo antes de las 9:00 de la mañana [1:00 de la tarde, hora del meridiano de Grenwich] los más de un millón de colorados debemos depositar nuestro voto, eligiendo de punta a punta a todos nuestros candidatos a diputados y senadores para que tengamos mayoría y gobernabilidad”.

Las mismas expresiones utilizó pero en otro acto político, el aspirante a presidente por el oficialista Partido Liberal, Efraín Alegre.

Cartes adelantó que si gana la presidencia, prohibirá a sus ministros que vayan año tras año hasta la comisión bicameral de presupuesto a pedir ampliaciones o extensiones del presupuesto anual de gastos “porque el plan gubernamental lo haremos desde el Poder Ejecutivo y debe ser respetado”.

Aunque el jefe de Estado es el administrador general del país, la constitución otorga al Congreso grandes privilegios como la eventual destitución del mandatario en juicio político; la aprobación o rechazo de candidatos a embajadores, ascenso de militares desde el grado de coronel, ascenso de policías a comisario general; consentimiento, rechazo o modificación del presupuesto general de gastos del Poder Ejecutivo, entre otros.

El poder del Congreso se manifestó en todo su esplendor durante los últimos gobiernos de Nicanor Duarte (2003-2008) y Lugo (2008-junio 2012) al no aprobar el ingreso de Venezuela al Mercado Común Suramericano (Mercosur) con el argumento de que el entonces presidente Hugo Chávez no respetaba a las instituciones democráticas.

Una vez que Paraguay fue suspendido como miembro pleno de Mercosur como castigo por el desalojo de Lugo del mando, Venezuela se incorporó al bloque aduanero regional.

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