Buen momento para la apertura
La reanudación de la relación diplomática entre Estados Unidos y Cuba llega en un buen momento. Esta es la ocasión ideal para que la política exterior estadounidense cierre el capítulo de Cuba en el descartado libro de la Guerra Fría.
El hecho que el presidente Barack Obama no deba ir a una relección tiene una efecto liberador como para tomar las decisiones difíciles como se espera de un líder- sin tener que temer las repercusiones electorales que suelen intimidar a los políticos.
Este también es un buen momento para establecer una presencia oficial estadounidense en Cuba para seguir de cerca los acontecimientos políticos. La edad avanzada de los hermanos Castro y algunas acciones tomadas por Raúl vislumbran tiempos importantes de transición.
Si bien los cubanos de la isla son quienes guiarán el futuro, Estados Unidos no debe quedarse afuera en este proceso. Por ejemplo, esta es la oportunidad de recuperar espacio comercial antes las debilidades económicas europeas.
Por otra parte, no estamos de acuerdo con que esta apertura represente una debilidad de la política exterior estadounidense. El estilo confrontativo de la administración de George W. Bush causó muchísimos más estragos la imagen estadounidense internacional con su prepotencia.
La estrategia pragmática de la administración Obama tiene más posibilidades de éxito en influenciar la apertura en Cuba que la continuación del embargo. Estados Unidos tiene una larga historia de relaciones con regímenes autoritarios. Cuba, con todas sus circunstancias propias, no tiene motivos para ser una excepción.
Finalmente, este es recién el comienzo de la relación entre Estados Unidos y Cuba. Es el inicio de un camino pedregoso que tendrá sus marchas y contramarchas en una relación marcada por la desconfianza.
Es mejor tener el liderazgo para correr riesgos con esta apertura que estar aferrado al pasado que no condujo a ningún lugar. Si este no es el momento adecuado: ¿Cuándo lo es?
Los republicanos tienen otro motivo para patalear, al igual que lo hacen con Obamacare y la acción ejecutiva en inmigración. Con indignación altanera, pero sin aportar opción real