Trump retira idea de castigar a mujeres que se sometan a abortos si se llega a prohibir su práctica

WASHINGTON.- Con miras a afianzar el apoyo de los ultraconservadores, el magnate empresarial, Donald Trump,  afirmó este miércoles que, si se llegase a prohibir el aborto, las mujeres que se sometan a la práctica deben recibir “algún tipo de castigo” pero, ante la tormenta política desatada, aclaró después que los médicos acarrearían con la responsabilidad legal.

Su idea inicial de castigar a las mujeres por los abortos una vez que la práctica fuese ilegal, anunciada durante un foro de MSNBC, causó la condena generalizada en círculos políticos, entre sus rivales republicanos y demócratas, e incluso entre grupos anti-abortistas.

En una declaración escrita, Trump posteriormente explicó que en el supuesto de que el Congreso apruebe una ley contra el aborto, los tribunales federales la respalden, o los gobiernos estatales prohíban la práctica, serían los médicos o cualquier persona que realice el “acto ilegal” los que tendrían la responsabilidad legal, no las mujeres.

“La mujer es víctima en este caso, como lo es la vida en su vientre. Mi postura no ha cambiado –al igual que Ronald Reagan, soy pro-vida con (algunas) excepciones”, enfatizó Trump, quien busca conquistar el apoyo de los conservadores de cara a las primarias de Wisconsin el próximo martes.

Horas antes, en un foro pregrabado con la cadena televisiva MSNBC, difundido este miércoles, Trump insistió en repetidas ocasiones que él es un candidato “pro-vida”, aunque reconoció que si se prohíben los abortos –como ocurrió antes del dictamen de 1973 del Tribunal Supremo, que los legalizó en todo EEUU-, lo más probable es que las  mujeres recurran a “sitios ilegales” para poner fin a su embarazo.

“Tiene que haber alguna forma de castigo”, afirmó en ese momento Trump, quien no había determinado si el castigo sería la cárcel u otra medida punitiva, pero precisó que sólo aplicaría a la mujer, no a su pareja.

Trump, que en 1999 dijo apoyar el derecho de la mujer a tener acceso a servicios de aborto -en lo que se conoce como postura “pro-opción” (“pro-choice”), ahora insiste en que se opone a la práctica, consciente de la necesidad de ganarse el apoyo de los conservadores.

Trump señaló que, por lo general, él ha tomado posturas sobre muchos asuntos pero, en el caso del aborto, “esta es una postura muy complicada”.

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Pero su postura difiere radicalmente del resto de sus rivales republicanos en la contienda, ya que éstos por lo general apoyan que las repercusiones legales recaigan sobre los médicos que realizan los abortos.

En los últimos días, Trump ha estado bajo la lupa por su retórica incendiaria y su aparente desdén por las mujeres, y sus declaraciones de hoy le ganaron la repulsa del conservador “Family Research Council” y de grupos como “March for Life”, “The National Right to Life Committee”, y “Susan B. Anthony List”, tres de las principales organizaciones anti-abortistas en Estados Unidos y que tampoco apoyan penalizar a las mujeres que se realizan un aborto.

En EEUU, el aborto siempre ha causado una enorme polarización, y grupos conservadores durante años han impulsado leyes estatales para ir reduciendo el libre acceso a los servicios abortivos en el país.

Según el Instituto Guttmacher, que se especializa en análisis del tema, 17 estados adoptaron un total de 57 nuevas restricciones contra los servicios de aborto en 2015, de alrededor de 514 iniciativas sometidas a debate en las legislaturas estatales.

Y desde 2010, cuando opositores del aborto registraron enormes victorias electorales en gobiernos estatales en todo el país, los estados han adoptado un total de 288 restricciones de todo tipo al aborto, según el Instituto.

Horas antes de retractarse de la idea del “castigo”, la campaña de Trump matizó en otra declaración escrita que el asunto del aborto debe decidirse a nivel estatal  y que, al igual que Reagan, el magnate de Manhattan rechaza el aborto con limitadas excepciones.

Sus declaraciones, sin embargo, no aplacaron ni a sus rivales republicanos, que lo acusan de no ser lo suficientemente conservador, ni a sus rivales demócratas, que defienden los derechos reproductivos de la mujer.

El senador republicano por Texas, Ted Cruz, dijo que ser “pro-vida” implica respetar a la mujer, y los comentarios de Trump sólo demuestran que sabe poco de los temas y “dirá lo que sea con tal de llamar la atención”.

Mientras, el gobernador republicano de Ohio, John Kasich, afirmó a la cadena MSNBC que las mujeres no merecen castigo por someterse a un aborto.