Un cambio de mentalidad en la política de drogas
La organización Drug Policy Alliance ofrece un nuevo enfoque para tratar el problema
La Guerra a las Drogas (“War On Drugs”) iniciada bajo la Administración Nixon, a comienzos de los años 70, no sólo fracasó en su propósito original, sino que ha causado daños extensivos tanto a nivel local, federal e internacional.
Numerosos estudios y estadísticas comprobaron que el acercamiento al problema de las drogas bajo la perspectiva de criminalización y penalización no solamente fue infectivo y no disminuyó en nada el problema, sino que resultó en la encarcelación masiva de latinos y afroamericanos, deportaciones que incluyen a inmigrantes con residencia (“Green card”), destrucción de familias, así como en la creación de narco-gobiernos, crecimiento de los cárteles y aumento de la corrupción en Latinoamérica.
Existe otra manera
A comienzos de los años 80, y como reacción a las políticas de la guerra a las drogas, nace Drug Policy Alliance, una organización que busca tratar el problema basándose en hechos científicos y políticas que consideren la salud y los derechos humanos de las personas, en lugar de penalizarlos.
“A través de Drug Policy Alliance tratamos de reemplazar la política basada en penalización por políticas basadas en la ciencia y en la compasión, que sí reducen los daños asociados con el problema”, indicó María McFarland Sánchez-Moreno, Directora ejecutiva de Drug Policy Alliance, en entrevista con este diario.
“Los países que han reemplazado sus políticas draconianas relacionadas al consumo de drogas, invirtiendo en cambio en recursos, como por ejemplo el uso de jeringas limpias, para evitar el contagio de VIH, o en programas de rehabilitación, o de vivienda, como por ejemplo en Portugal y España, han visto resultados positivos”, agregó McFarland.
“Vimos que la guerra a las drogas había fracasado y pudimos comprobar su impacto negativo no sólo a nivel local y nacional sino a nivel internacional”, explicó Armando Gudiño, Gerente de Políticas del sur de California de Drug Alliance Policy.
“El objetivo es organizar una sociedad justa con las mismas políticas que se aplicarían a la regulación de cualquier otro producto, basándonos en un sistema de leyes que no perjudiquen a la sociedad”, agregó.
Impacto en Latinoamérica
Gudiño dio el ejemplo del Plan Mérida que afectó negativamente a los países de Latinoamérica. “No hubo política más impactante a nivel internacional”, recordó.
El dinero que se utilizó en el Plan Mérida promovió la corrupción, los narco gobiernos y contribuyó a la desestabilización de la sociedad, en muchos casos, haciendo que la gente tuviera que dejar su tierra y buscar otro lugar para vivir.
“A nivel nacional, terminó siendo una guerra contra el pobre, una guerra contra las personas de color y una guerra en contra de los inmigrantes”, opinó Gudiño.
El gerente de políticas puso como ejemplo las cifras de encarcelamiento por uso de drogas en los EEUU.
“Es sabido que en este país la gente de diferentes razas consume drogas por igual y, sin embargo, la guerra a las drogas resultó en el encarcelamiento masivo de latinos y afroamericanos. La población hispana en este país es de alrededor del 17% , pero los latinos constituimos el 37% de los encarcelados por dicho motivo, a nivel nacional. Cuando miramos estas cifras, nos preguntamos, ¿cómo es que si los blancos consumen tanta droga como los latinos, somos los latinos los que más terminamos presos? La guerra a las drogas es la forma más efectiva de control de la sociedad”.
Mejor no hablar, de ciertas cosas
En la comunidad latina, el tema de las drogas es un tema tabú y está envuelto en estigma, mitos y prejuicios.
“No nos gusta hablar ni enfrentar el tema. Hacemos la vista gorda. Pero, nos guste o no, es necesario que reconozcamos el problema”, indicó Gudiño.
“Es fundamental hablar del tema de las drogas, porque el no hacerlo es peligrosísimo”, coincidió McFarland. “Especialmente en estos momentos en los que la Administración Trump no hace distinción entre latinos, inmigrantes, maras y narcos. Mezcla a todos. Si no estamos alertas, el problema se convierte en la excusa del Gobierno para seguir las deportaciones, los arrestos y la construcción del muro”.
Perspectiva de madre
Previo a su llegada a Drug Policy Alliance, McFarland, la primera mujer latina que ocupa el cargo de directora ejecutiva de la organización, se desempeñó como co-directora del Programa de US para Human Rights Watch. McFarland también llega con la experiencia de años de trabajo en justicia social en Perú y Colombia, donde las ganancias relacionadas al consumo de drogas incentivaron masacres y corrupción gubernamental.
McFarland también es madre y aporta una perspectiva especial al tema de las drogas.
“Muchas mujeres son sentenciadas a prisión por delitos menores relacionados al uso de drogas. Esto a su vez resulta en la destrucción de cientos de familias”, observó. El 80% de las mujeres convictas representa a madres, en gran parte solteras. Dos tercios de las mujeres encarceladas, son mujeres de color.
“Yo, como mamá, no quiero que mi hijo crezca sin conocer ciertos temas. Quiero que mi hijo tenga la información necesaria sobre los riesgos del consumo de drogas. Los jóvenes cometen errores cuando no tienen información. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con el sexo. Muchas veces, las niñas quedan embarazadas por falta de información sobre sexo y los recursos disponibles que existen para ayudarlas”.
McFarland mencionó el sitio de Safety First de la organización que ofrece información y recursos para padres de adolescentes, con información en español sobre cómo hablar con los hijos y enfocar el tema de las drogas.
Para más información puedes visitar www.drugpolicy.org
Guerra a las drogas en cifras
- Costo de la guerra a las drogas en EEUU: más de 50,000 millones de dólares anuales
- Arrestos en 2016 relacionados al uso de drogas: 1,572,579
- Arrestos por posesión solamente: 1,249,025 o el 84% de todos los arrestos
Proporción de personas encarceladas que son latinos o negros (a pesar de que los blancos consumen y venden la misma cantidad): 57% - Cantidad de personas asesinadas en México por la guerra a las drogas desde 2006: más de 100,000
- Cantidad de estudiantes que perdieron la elegibilidad para becas por haber sido detenidos por cuestiones de drogas: más de 200,000
- Personas que murieron en 2016 por sobredosis de drogas: 64,070.