Editorial: Estados Unidos no necesita a la NRA
Trump necesita la Asociación Nacional del Rifle para sus objetivos electorales
La Asociación Nacional del Rifle (NRA) está en medio de una crisis. Esta es una buena noticia para la mayoría de los estadounidenses que creen que hay que establecer límites más estrictos a la venta de armas.
El problema no son los proyectos de ley que imponen sentido común en una sociedad acostumbrada a las matanzas con armas de guerra en manos del público. La influencia de la organización se mantiene en la bancada republicana del Congreso que defiende una agenda irracional de libre acceso a las armas de fuego.
El sábado un joven supremacista intentó hacer una masacre en una sinagoga en California con un “tipo de arma de asalto AR”, según dijeron las autoridades. El arma es de venta legal si se le hacen reformas. El incidente resultó en un muerto y tres heridos.
En Nueva Zelanda la matanza en dos mezquitas condujo a la prohibición de armas de guerra a los civiles. En EEUU los legisladores solo rezan ante estos homicidios.
El NRA hoy está manchado por una agenda que en nombre de defender la Segunda Enmienda de la Constitución – el derecho a poseer armas lleva a niveles injustificables la posesión de las armas. Así perdieron el respaldo de organizaciones policiales. Su membresía se reduce junto con las contribuciones.
En la reciente reunión anual del NRA en Indianapolis, el presidente Oliver North renunció en un intercambio de acusaciones de irregularidades financieras y chantaje con el liderazgo tradicional de la organización. North impulsaba una actitud más agresiva en general, y con el controversial NRATV, promovió el racismo en más de una ocasión.
En medio de esto, la procuradora estatal de Nueva York, Letitia James, investiga si el NRA merece tener el beneficio impositivo de una organización sin fines de lucro, como la Cruz Roja. Esta es una de varias investigaciones que se cierna sobre el grupo.
Para el presidente Donald Trump, quien recibió 30 millones de dólares del NRA en 2016, la amenaza son los demócratas que quieren eliminar la Segunda Enmienda. No hay ningún precandidato presidencial que haya propuesto eso. Pero este es el argumento repetido para asustar. Cada vez que se decía que Barack Obama iba a desarmar a la población, aumentaba la venta de armas.
Los problemas del NRA son de adentro, de afuera de la organización, y de Rusia. Mientras se realizaba la reunión anual, la activista en favor de las armas de fuego, Maria Butina era enviada a prisión por ser una agente rusa. Buttina infiltró el NRA y fue enlace con la campaña presidencial de Trump.
El Presidente necesita un NRA poderosa con una membresía entusiasta para su reelección. El país necesita lo contrario. No solo por Trump, sino para detener la locura de la proliferación de las armas de fuego.