El jurado decidirá la sanción en el juicio contra el hermano del presidente de Honduras por narcotráfico
El jurado debe decidir su veredicto en el juicio por narcotráfico contra Tony Hernández que tiene en vilo a Honduras
NUEVA YORK – El juicio contra el exdiputado hondureño Juan Antonio “Tony”Hernández, hermano del presidente de Honduras, llegó a su etapa final este miércoles, luego de que tanto la Fiscalía como la defensa presentaran argumentos finales, con ambas partes entre acusaciones contra testigos y el acusado.
El juez Kevin Castell comenzó por su parte a instruir a los doce miembros del jurado anónimo sobre su responsabilidad, lo que es una evidencia directa o circunstancial “y lo más importante lo que significa más allá de duda razonable”.
Castell continuará mañana dando explicaciones al jurado antes de que se retiren a deliberar sobre las acusaciones que pesan contra Hernández por narcotráfico, porte de armas y mentir a las autoridades de Estados Unidos, por lo que podría enfrentar cadena perpetua.
“El acusado no está aquí por ser el hermano del presidente de Honduras sino porque cometió faltas. No es una víctima de los testigos cooperantes. Es un perpetrador, traficante, asesino, mentiroso”, fueron las últimas palabras que escuchó el jurado de la fiscal Amanda Houle, antes de que el juez comenzara a explicarles sobre su responsabilidad.
“Por años explotó el sistema político de Honduras para proteger los criminales” para lo que usó a militares y policías, afirmó, para agregar que “llegó la hora de que este hombre pague por sus crímenes”.
Houle respondió uno a uno los argumentos planteados por el abogado de defensa Michael Tien, que aseguró al jurado que los testigos cooperantes de la Fiscalía eran narcotraficantes y asesinos que habían mentido para lograr una rebaja de su sentencia. Tien aseguró que durante el interrogatorio que hicieron de los testigos cooperantes “mostramos qué los motivó a mentir. No se les puede creer”.
La defensa también afirmó a las nueve mujeres y tres hombres que la evidencia presentada no vinculaba a su cliente con los delitos de que le acusa la Fiscalía e intentó restar credibilidad tanto a testigos cooperantes como a agentes de la DEA que también ocuparon la silla de los testigos.
En su primer turno para presentar sus argumentos finales, el fiscal Emil Bove hizo un recuento de cómo Hernández pasó de ser en 2004 un hombre que daba información a los narcotraficantes a convertirse en un poderoso narco respaldado por políticos, militares y policías corruptos.
Aseguró que Hernández “corrompió” las instituciones públicas.
También de que después de que su Partido Nacional perdiera las elecciones del 2005, su liderazgo juró que eso no volvería a pasar.
Hernández, afirmó, invirtió millones en campañas de esa organización política del 2009, 2013 y 2017 con dinero del narcotráfico y recordó durante sus argumentos que cárteles como el de Sinaloa donaron dinero para los candidatos del Partido Nacional, entre ellos para la campaña de Juan Orlando Hernández, actual mandatario de Honduras.
“Hernández volvió al Gobierno en contra de la gente. Usó al Gobierno para el tráfico de drogas”, dijo el fiscal al jurado, a quienes indicó además que en el 2010 “Hernández y sus asociados controlaban el poder. El tráfico de droga era patrocinado por el estado”.
Para esa fecha, aseguró, Hernández “era prácticamente intocable” y recordó que en el 2014 fue electo al Congreso de Honduras por cuatro años” y siguió con el tráfico de drogas”.
Aseguró además que el acusado “sofocó a Honduras en la corrupción y eso es lo que se está demostrando en este juicio”, pidió a los miembros del jurado. El fiscal, que llamó a Hernández “arrogante” por marcar la cocaína que producía con las siglas de su nombre “TH”, pidió al jurado que “hagan justicia, justicia largamente esperada por el pueblo de Honduras”.
Al final de la presentación, los hondureños que han asistido todos los días al juicio están pidiendo justicia para las víctimas del “narco-estado” y la renuncia de su presidente.
El fiscal explicó al jurado cómo la evidencia había probado cada uno de los cargos, que enfrentan a Hernández a una pena máxima de cadena perpetua.