COVID-19 golpea a los vendedores independientes

Las precauciones, de mantenerse en casa y cerrar negocios no esenciales, tomadas por el gobierno de California para contener la propagación de COVID-19 ya se está haciendo sentir en los hogares de quienes perciben sus ingresos de las ventas por católogo.

Dentro de este grupo se encuentran las vendedoras independientes de la compañía de productos de belleza Avon del Sur de California, que indican haber visto reducir sus ingresos hasta un 80%.

Esto ocurrió luego del cierre por una semana del centro de distribución de productos, ubicado en el estado de Ohio y de que dejara de funcionar por tiempor indefinido la sede en Los Ángeles.

“Me ha afectado mucho, no puedo salir a entregar productos y mucho menos salir a dar libros [catálogos]. Podemos promover la página web, pero mucha gente prefiere que uno le lleve su producto a la casa”, dice María Elena Morán, quien ha sido parte de la compañía por 23 años, cuando encontró en Avon la oportunidad de llevar ingresos a su hogar luego de que su esposo perdiera su empleo.

María Elena, que convirtió su negocio en uno familiar —ya que su pareja es su mano derecha— es una destacada vendedora y líder en el Sur de California, que cuenta con un equipo de 380 representantes activas, con las que reporta al año ventas que superan el millón de dólares.

“A nosotros nos ha afectado mucho con mi esposo, porque Avon es el único sustento que tenemos para pagar la comida, la renta, los recibos… Todo. Nos ha afectado grandemente por el coronavirus”, asegura la mujer de 62 años de edad.

Esta guatemalteca explica que su situación es aún más complicada, porque ella y su esposo están dentro del grupo de riesgo al ser diabéticos y tener presión alta.

María Elena también ha tenido que suspender sus ventas los fines de semana, mismas que realiza en una conocida calle de Los Ángeles.

“Es frustrante no poder hacer mi trabajo, porque no podemos salir a la calle… En la calle agarramos muchas ventas, vendemos de 300 a 400 dólares cada día pero trabajamos cinco o seis horas cada fin de semana”, explica.

Sobre las ganancias asegura que el cheque que reciben ha bajado mucho.

“Nunca en mis 23 años en Avon vi que mi unidad [equipo] vendiera $5,000 en una campaña [que dura dos semanas]. Todavía en la campaña pasada se vendieron casi $30,000. El próximo cheque no quiero ni pensarlo, es una cosa nunca vista por esta situación del coronavirus”.

Dentro de todo, María Elena encuentra motivación al hablar de su negocio y espera que pronto todo vuelva a la normalidad.

“Gracias a Dios Avon nos está dando apoyo [con estrategias de mercado en línea] para que el impacto no se fuerte. Yo tengo fe en Dios que vamos a salir adelante”, afirma.

Para Yecenia Calderón, de Santa Ana y una de las mejores vendedoras a nivel nacional, el panorama tampoco es agradable.

Sus ventas superaban los $65,000 anuales; hoy esta mexicoamericana espera que la crisis pase pronto para poder retomar sus actividades.

“Mis ingresos han bajado como la mitad, pero le doy Gracias a Dios que estamos con buena salud y toca aprovechar el tiempo para hablar con tus clientas y tu grupo de lo que está pasando y crear estrategias para seguir con el negocio”, explica Yecenia, quien lleva 15 años como representante independiente.

La pandemia no ha frenado del todo a estas mujeres,que siguen preparándose para el futuro.

“Es [una situación] difícil, pero si nos enfocamos en cómo nos afecta nos vamos a deprimir. Ahorita me estoy enfocando en analizar mi vida y mi negocio, hago llamadas con las líderes para animarlas [y decirles] que este momento va a pasar”, dice Eva Hernández, una representante de Avon y fundadora de Líderes Latinas Brillando, cuyo grupo se reúne cada mes a compartir estrategias de ventas.

Eva, quien lleva 20 años con la empresa, dice que trata de mantener a su comunidad unida y tranquila para afrontar la situación.

Otros negocios también pierden

Otro grupo afectado por la pandemia, son los representantes de Amway, una compañía enfocada en la venta de productos de salud, belleza y hogar.

Hoy los trabajadores también sufren los estragos por la crisis, así lo explica Dagoberto Cáceres, un salvadoreño que lleva 11 años en la empresa.

“La manera que nos está afectando esto es porque nosotros el negocio, lo hacemos con contacto directo con las personas”, explica el hombre de 62 años.

“Entonces, ahorita nos afecta porque no podemos hacer visitas a las casas o hacer citas en restaurantes como acostumbramos”.

Sobre sus ganancias, cuenta que las perdidas han sido considerables.

“En cuanto a los ingresos han bajado un 90%, es un impacto muy duro”, confiesa.

No obstante, agrega que Amway está preparado para enfrentar la crisis por el entrenamiento que reciben de parte de la empresa.

“Amway nos prepara en el manejo de finanzas para este tipo de situaciones”, asegura.