Conoce los secretos de la amatista, el cuarzo que alivia el estrés
Esta piedra preciosa de tonalidades rosas y moradas tiene diversos usos energéticos como inducir a la mente a un estado de paz y favorece el sueño
Aliviar el estrés, inducir a la mente a un estado de paz mental, protección espiritual y fortaleza para expresar lo que deseamos, son solo algunos de los secretos que esconde la amatista, un mineral de la familia de los cuarzos que se caracteriza por su color rosa y morado.
Este cristal de origen magmático se encuentra en lugares ricos en óxido de hierro y desde hace muchos años se ha utilizado como un amplificador energético ya que trabaja en los campos de la mente, el pensamiento y favorece la conexión astral, según menciona la experta Karina Rando en su sitio online.
La amatista tiene como característica principal resaltar la positividad en nuestra actitud y en el entorno. Por ejemplo, a una madre que atiende a su hijo, trabaja y le gusta mantenerse en forma, le servirá para que su día no se torne pesado ya que tendrá un efecto positivo en su mente y cuerpo.
Sin embargo, sus propiedades inciden de mejor manera en el plano emocional y energético.
Cómo usar la amatista
Una piedra tan eficaz tiene que estar en contacto directo con tu piel. Puedes comenzar con dejarla 10 minutos en tu entrecejo (sexto chakra) o en tu espalda para que comiences a disfrutar de sus beneficios.
La amatista te conectará con tu propia intuición y con la sabiduría universal. Además, es una de las mejores aliadas para la meditación pues favorece tu enfoque y estado de paz mental.
También es ideal para la protección ya que ayuda a transmutar la negatividad a frecuencias más elevadas. Puedes optar por llevarla en collares, aretes, pulseras o en bruto.
Cómo programar y limpiar una amatista
Es necesario limpiar de la energía negativa a la amatista y se debe realizar cada dos meses. En luna llena o creciente hay que sumergir la piedra en una infusión fría de menta o agua de mar y colocarla durante tres días a la luz de la luna, nunca dejes que le den los rayos del sol. Al tercer día, tómala entre tus manos con firmeza y le dirás tres veces en voz alta tu intención con piedra, por ejemplo “alivia mi estrés”.
Si deseas que tu piedra cumpla una nueva orden, debes enterrarla junto a una planta por dos semanas para que se recargue.
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